1. La tía de mi mujer, sin inhibiciones


    Fecha: 29/08/2023, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Escriba111, Fuente: CuentoRelatos

    Llevábamos casado 5 años y habíamos pasado por un momento de lógica tirantez, por consejo de unos amigos lo solucionamos con terapia grupal donde la conclusión pasaba por la monotonía de la vida sexual, de esta cambiamos varias cosas un cambio era compartir nuestros momentos sexuales mirando películas porno imitando lo que en la misma sucedía lo cual dio su resultado de forma inmediata. Paralelamente a este problema en vías de solución estábamos por mudarnos a una casa muy confortable en la afueras de la ciudad, lo que nos obligó a alquilar un apartamento muy chico por tres meses.
    
    Después de cenar mi esposa me avisó que su tía venía a nuestro apartamento, a quedarse tan solo cuatro días, ella sabía que íbamos a estar incómodos, pero era sumamente necesario.
    
    Con sus tíos pasábamos entre cuatro meses sin vernos ya que la zona rural donde vivían era muy alejada y solo si teníamos varios días libres podíamos ir. Era una mujer de cincuenta y tantos, no tenía nada llamativo en su físico, muy modesta en su forma de vestir, tenía dos hijos y trabajo toda su vida como maestra rural y en tareas de campo muy sacrificadas.
    
    Ya instalada en el apartamento, coincidió que pasé dos días enteros en casa trabajando, mientras María pasaba hasta más de diez horas en su trabajo, la tía aprovechó que le quedaba tiempo y de tarde concurría a la playa, cuando llegaba me saludaba con la malla entera, era incapaz de usar por pudor dos piezas, mojada me hizo seguirla con la mirada y recordar ...
    ... que las películas que más me calentaron fue de una veterana parecida a Ana que siempre era penetrada por tres hermanos simultáneamente gozando como una loca, cuando pasé por la puerta del baño esta estaba entreabierta y a través de la cortina de la ducha sus tetas y sus caderas sobresalían en gran forma.
    
    Cuando llegó la noche y coloqué la película para iniciar la faena sexual, con algo de calentura por las tetas de la tía, como lo veníamos haciendo cada dos noches, María fue muy clara.
    
    –Estás loco con la visita pegada ni se te ocurra hacer nada, tiene un oído muy fino y tu cuando acabas gritas como loco y si voy al baño a sacarme tu leche tengo que pasar por frente a donde duerme, así que espera que se vaya, recarga energía para retomar la terapia con todas tus ganas.
    
    Caliente y enojado no podía dejar de pensar en la imagen del baño y en la película de la veterana, esa noche soñé que los hermanos se cogían a mi tía produciendo una erección que me obligó a darme vuelta para que no se diera cuenta María.
    
    Al segundo día noté que cuando clavaba mis ojos en su culo y en sus tetas ella me miraba de manera muy sutil, no le di importancia en ese momento.
    
    Una tarde la llevé al centro en auto, me asombró que llevara una pollera bien justa mostrando sus piernas que por arte de magia ahora eran para nada despreciables igual a la del personaje de la película, tuve que pensar en otra cosa sino se iba a parar y notar el bulto manejando.
    
    Una tarde me encontró en el cuarto ...
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