La otra Marta (III)
Fecha: 03/09/2023,
Categorías:
Lesbianas
Autor: bimont, Fuente: CuentoRelatos
... Continuamos juntas en la ducha lavándonos mutuamente sin dejar de bromear, besándonos y acariciándonos.
Sin dar tiempo siquiera a secarnos me condujo a la habitación, se sentó en la cama dándome instrucciones yo de pie frente a ella, palabras picantes y calientes que me hicieron arder con excitación y humillación. Abrí las piernas, arqueé la espalda, jugué con mis pechos y me froté el coño. Todo para ella y aunque sentía la humillación, también mi cuerpo era un gigantesco pulso de libertinaje y obediencia.
-Solo las putitas traviesas se excitan con esto. Creo que te gusta estar desnuda y dar espectáculo -Me mordí el labio, sintiéndome de repente increíblemente tímida. No podía admitir en voz alta que me gustaba, aunque la evidencia que hice estaba empezando a gotear por mi muslo. Se levantó rodeándome por detrás, pasando su mano sobre mis pechos, con un toque suave ahuecando y apretando. Luego agarró los pezónes y los retorció, duro, más duro, hasta que grité.
-Por favor.
-Me gusta cuando me suplican.
-¡Ay! por favor, te estoy suplicando, duele.
Soltó mi carne maltratada y solté un suspiro de llanto. A pesar del dolor sufrido, tenía los muslos pegajosos con mi propia excitación. Frente a mí, se quedó mirándome, tenía una gran sonrisa en su rostro. La miré hasta que lentamente bajé los ojos y me mordí el labio. No es que tuviera en aquellos momentos mucha experiencia en la obediencia y sumisión, pero me gustaba, me sentía cómoda con cierta ...
... esclavitud.
-Serás una buena chica para mí -Asentí con la cabeza.
-Te gusta follar, ¿verdad? -Respondí afirmativamente.
Me hizo colocar de rodillas e inclinada sobre la cama. Empezó a introducirme un dedo en el ano muy despacio, mientras me echaba un aceite, iniciando un movimiento de mete y saca. Al poco empezó a introducir dos dedos, mi esfínter se iba dilatando muy despacio, con más aceite consiguió entrarme cuatro, mientras el dedo pulgar presionaba el perineo. Cuando consideró que estaba suficientemente dilatado cogió un consolador de dos puntas y bien lubricado, introdujo primero una punta en el culo, después la otra en el coño follándomelos primero lentamente para ir aumentando el movimiento.
Al principio noté una sensación extraña y un cierto dolor, me pinzaban desde dentro. Salían, una pausa y luego volvían a entrar, más fuerte, tocando fondo. Me retorcí, nada que hacer excepto tomar su maldito castigo, delicioso. Cerré los ojos y me concentré en el placer que me recorría en espiral por la columna, apretando los músculos de mis muslos. Si seguía con esto, me iba a correr pronto, hubo una breve suspensión, un suspiro de pausa, temí por algo más.
-Sabía que a la sumisa de mí putita esto le gustaría, estás jodidamente mojada -Sus palabras ásperas y sucias me hicieron sonrojarme por completo, el calor me recorría todo el cuerpo. Hasta que sin sacarme la parte del consolador del culo, me tumbó en la cama y sentada frente a mí, untó de nuevo la otra parte del consolador y se ...