1. El regalo


    Fecha: 06/09/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... acariciándome por fuera sin tocar apenas labios ni clítoris. Luego ya no pude resistir más al ver como ella agarraba el pecho con las dos manos y se lo llevaba a la boca, era algo que aunque yo era capaz de hacer, ni de lejos con su facilidad. El tamaño de sus tetas le permitía comérselas muy cómodamente y ella se sacó la otra y alternativamente se llevaba los pezones a la boca y succionaba como si fuesen un chupete. De vez en cuando apartaba la mirada del la tele y se las observaba, las separaba, jugueteaba con ellas y volvía a juntarlas, sus aureolas eran enormes y los pezones tenían ahora el tamaño de una pequeña aceituna. Me excitó mucho que cuando vi en el reflejo que llegaban mis fotos ella fijase de nuevo su mirada en la pantalla. Dejó sus pechos y vi desaparecer su mano derecha bajo la manta con la que se tapaba de cintura para abajo, leí en su cara perfectamente que acababa de tocar su coño por su gesto de placer. Sus ojos estaban clavados en mi cuerpo que iba apareciendo en distintas posturas, ya no pude más y me corrí en cuanto mis dedos empezaron a trabajar la entrada de mi chochito. No fue la corrida de mi vida, me gusto y punto. En el fondo deseaba hacer realidad mi deseo de follar con ella que no había hecho más que aumentar desde el día que la conocí. Lara seguía jugando con su coño ya hacia un rato, lentamente, sin prisa alguna, su sexualidad parecía totalmente distinta a la mía, en aquel rato yo podría haberme corrido ya varias veces y tener el chocho tan ...
    ... sensible que ya habría recurrido a la parte de atrás, pero aunque aquella maldita manta me tapaba la vista de su vagina me parecía, por el movimiento de su brazo y la apertura de sus piernas, que se estaba metiendo alguno de sus estilizados dedos, lo hacía lentamente en cualquier caso. Seguí allí en silencio otros veinte minutos, entregada a mi tarea de voyeur, me daba igual que Leo pudiese bajar y sorprenderme, es mas pensaba hablar con ella y averiguar, al menos, si Lara conocía mi condición de lesbiana, eso me ayudaría a valorar su actitud hacia mí, por ejemplo el hecho de probarse el bikini conmigo o pedirme que le untase aceite en su cuerpo. Me estaba meando así que subí arriba al baño de Lara, quería bajar de nuevo, me daba mucho morbo ver como se corría y con qué fotos lo hacía, antes rápidamente cogí mi bata de mi habitación y eche un vistazo rápido a la de Leo. Su puerta estaba ahora abierta y por su respiración debía llevar un buen rato dormida. En un minuto estaba de nuevo espiando a mi diosa, la encontré ya mucho mas excitada, su brazo se movía de otra manera, como si en vez de hacer movimientos de fuera adentro con sus dedos, estuviese ya acariciando la entrada de su magnífica almeja o quizás sus labios internos que yo me imaginaba brillantes, rosáceos y húmedos como la primera vez que los vi mientras tomábamos el sol. Su vulva estaba aun tapada por la manta pero una de sus piernas salía hacia un lado, se había recostado en el sofá. Me maravillaba una vez más la ...
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