1. El regalo


    Fecha: 06/09/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... tersura de su piel, aquel pedazo de muslo estaba firme, ni rastro de flacidez. Tuve tiempo de empezar a sobarme de nuevo, su aguante me empezaba a dar envidia, se tocaba y tocaba con tal control que creí que amanecería antes de que Lara se corriese. Lentamente fue respirando cada vez más rápidamente, casi jadeando, y cuando por enésima vez aparecieron mis fotos me di cuenta que el final llegaba, apartó la manta bruscamente hacia un lado y se abrió bastante más de piernas, pude ver su coñazo abierto completamente y su mano que volaba arriba y abajo a velocidad de vértigo, su cara estaba completamente roja, casi desencajada, llevaba quizás más de una hora tocándose el chocho y aun aguanto minutos y minutos frotándose con una dureza que yo no aguantaría ni unos segundos. Lara, como podía, aguantaba su mirada clavada en mis imágenes y casi en una de las ultimas se corrió con un grito mudo de placer que aun así resonó en el silencio absoluto de la noche. Se derrumbó hacia un lado en el sofá, se había metido varios dedos dentro en el momento del orgasmo y su mano seguía atrapada entre sus piernas ahora cerradas, sus pechos subían y bajaban mientras trataba de recuperar el aliento y respiraba rápida y profundamente, la veía feliz, se quedo así un par de minutos mientras su respiración se normalizaba y despacio sacó su mano del chocho y se la llevo empapada a la boca. Se lamio los dedos y se tapo con la manta. Yo ni me había tocado, había estado observando sin perder detalle, no ...
    ... quería distraerme con nada. Subí las escaleras feliz, Lara se había corrido viendo mi cuerpo desnudo en aquellas fotos que todavía conservo, al menos sabía que yo la excitaba y mucho. Me metí en cama muerta de frio y enseguida oí como Lara subía y entraba en su habitación, eran más de las tres de la madrugada y yo intente emular a mi diosa con una paja lenta pero explosiva como la suya. Fue en vano, no tardé ni cinco minutos, empecé a fantasear con la imagen de nosotras tres en el sofá y Leo besando a su madre y me corrí sin remedio. Esta vez fue mucho más placentera que la anterior y me dormí profundamente.
    
    Me despertaron las ganas de orinar a la mañana siguiente, pensé que sería muy temprano pues todo estaba casi a oscuras todavía. Casi me muero de vergüenza al ver en mi reloj de la mesita que eran casi las doce. Salte de la cama y fui al baño, ni Lara ni Leo estaban en sus habitaciones. Fuera estaba lloviendo y no se veía casi nada alrededor de la casa con la cortina de agua que caía, además hacia bastante viento. Me lave la cara y me fui hacia la cocina lamentándome porque me gustaba bajar antes que Leo y encontrarme a Lara sola, su beso y su abrazo eran el mejor de muchos buenos momentos cada día. Tuve suerte y Lara estaba sola, la vi con pantis por primera vez, hacia bastante frio, eran negros y se ajustaban perfectamente a sus maravillosas piernas, además llevaba una falda bastante corta con vuelos y acampanada de color beige. Ella también había dormido más de la cuenta ...
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