1. El regalo


    Fecha: 06/09/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ayudada por la tormenta. Me disculpé y me acerque a ella dispuesta a cobrarme mi beso de cada mañana que últimamente era en los labios. Nos abrazamos primero y luego yo me puse de puntillas y nuestras caras se acercaron, por primera vez saque un poco mi lengua y toque sus labios con ella, nos separamos y nos miramos a los ojos sin miedo tras el beso, Lara estaba feliz, sonriente y relajada y yo tenía un cosquilleo por todo mi cuerpo.
    
    -Lara. No te preocupes cariño yo acabo de bajar. La única que ha madrugado es Leo y se ha ido hace un rato con el coche.
    
    -Ana. Con esta tormenta?
    
    -Lara. Pues sí. Me ha pedido que las disculpes y te llamará luego. Yo todavía estaba en cama cuando se ha ido.
    
    -Ana. Ha donde habrá ido con este tiempo?
    
    -Lara. (Sonriendo y abrazándome de nuevo) Me encanta que te preocupes por ella. Todos estos años, aun sin conocerte, me daba mucha tranquilidad saber que estabas tú con ella. Pero no hay motivo de preocupación, estará en el pueblo con sus amigos, con esta tormenta los barcos no han salido y mañana es sábado así que es como un día festivo para esta gente.
    
    -Ana. Bueno, espero que esté bien. Asusta un poco esta oscuridad y por las ventanas no se ve nada, apenas los arboles del jardín.
    
    -Lara. Pues esto no es nada, probadamente empeore a lo largo del día, todos los veranos tenemos un par de días así.
    
    Yo había bajado en bata y Lara, aparte de su preciosa falda que le daba un aspecto juvenil, llevaba una chaqueta de punto blanca muy ...
    ... bonita con solo el sujetador debajo de color rosa. Casi nunca llevaba sujetador en casa. El hecho de estar solas en casa me hacia olvidar mi sincera preocupación por Leo.
    
    -Ana. Me encanta este sujetador, es precioso. Te queda muy bien así con la chaqueta medio desabrochada.
    
    -Lara. (Poniéndose ambas manos sobre los pechos) Gracias, sabes que en casa nunca me lo pongo pero no quería que estas dos se enfriasen. Y tú te vas a congelar con esa batita.
    
    -Ana. Es que apenas me he traído nada más que ropa muy ligera, no me esperaba más que sol y calor.
    
    -Lara. No te preocupes, antes de desayunar vamos a bajar al garaje a poner la calefacción y luego subimos y te dejo algo de ropa. Tardará un par de horas pero la casa acabara calentándose, la caldera es un poco lenta pero en semana santa la utilizamos un par de días y funcionaba perfectamente.
    
    Así hicimos y conseguimos poner a funcionar la vieja caldera que solo se usaba para la calefacción. Subimos a su habitación y Lara abrió su vestidor, aun no viviendo allí tenía una cantidad fenomenal de ropa.
    
    -Lara. Creo que lo mejor será buscar algo elástico como unas mallas porque nuestras tallas son bastante distintas.
    
    -Ana. Me encantaría ponerme pantis como tú, me encanta el tacto que tienen.
    
    -Lara. En ese caso creo que tienes suerte porque el año pasado me equivoque de talla al comprar unos y luego no los devolví. Deben estar en el fondo de algún cajón.
    
    Ella empezó a revolver los cajones de ropa interior y enseguida ...
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