1. El regalo


    Fecha: 06/09/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... temprano, y esto me producía cierta desazón.
    
    Nuestra relación fue, si es posible, todavía mejor a partir de ese día. El verano se acercaba y cada vez pasábamos más tiempo juntas. Apenas un par de fines de semana nos fuimos a visitar cada una a nuestros respectivos padres. Hacía varios veranos que Leo me invitaba a su casa en verano. Sus padres solían veranear en un pequeño pueblo en la costa portuguesa. Un domingo por la noche cuando ambas regresamos de visitar a la familia le di la buena noticia a Leo. Mis padres se iban de crucero durante casi un mes para celebrar con varios años de retraso sus bodas de plata. Nos abrazamos y nos pusimos a saltar y chillar en el salón como chiquillas.
    
    Las dos volvimos a tener alguna relación esporádica Leo se trajo a un par de chicos a casa, de uno en uno, quiero decir. Con el segundo me avisó al mediodía y me dijo si quizás me apetecería participar, yo decliné y me lanzó una de sus habituales diatribas: que lesbiana eres. Lo bueno era que siempre adornaba este tipo de comentarios con un beso en la boca. Así era muy difícil tomárselo a mal. Yo por mi parte, también tuve mi rollito. Un día invite a casa a una chica que trabajaba en la frutería, cerca de casa, en la que solíamos comprar. Era una chica muy guapa de unos treinta años, un poco gordita. Sus padres eran los dueños y hacía mucho tiempo que solía hacer lo posible por atenderme para entablar conversación. Varias veces nos habíamos dicho que teníamos que quedar para charlar y ...
    ... tomar algo y finalmente me decidí. No estaba segura de que fuese de las mías, ella tenía novio, pero me atraía bastante. Al mediodía le pedí a Leo que si podía quedarse en su habitación y dejarnos solas por la noche.
    
    -Leo. Quien es ella? La conozco?
    
    -Ana. La chica de la frutería
    
    -Leo. La gordita?
    
    -Ana. Si la gordita.
    
    -Leo. Y vas a poder tu sola (sonrisa picara)
    
    -Ana. Si necesito ayuda te aviso.
    
    -Leo. Pero es lesbi?
    
    -Ana. Pues (dudando) no estoy segura.
    
    -Leo. (Divertida) Pues a estas alturas yo no quiero cambiar de frutería, empléate a fondo y déjala satisfecha.
    
    -Ana. No sé, ya tanteare el terreno antes de lanzarme. Espero no quedarme con el calentón.
    
    -Leo. (Medio en broma medio en serio) Si la cosa no va vente a mi habitación, tengo la regla pero te hago un favor.
    
    Acompañó sus palabras con un explicito movimiento de sus dedos. Yo contesté con un beso en su mejilla.
    
    Desde nuestro polvo inaugural habíamos dormido varias veces juntas, no queríamos hacerlo habitual, sería caer en la rutina. No éramos pareja. Eso lo hacía especial, era como una cita. Por supuesto esas noches eran muy largas, por la mañana solíamos repetir, nunca nos levantábamos sin habernos regalado tres o cuatro corridas la una a la otra. Por la noche mi cita fue bien, mi amiga la frutera tenía un desnudo impresionante y me excito muchísimo cuando me di cuenta que Leo nos espiaba desde la puerta entreabierta. Estábamos las dos con nuestros coños pegados haciendo la tijera ...
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