1. Dominada por una rubia veterana


    Fecha: 09/09/2023, Categorías: Lesbianas Autor: subtitulados, Fuente: CuentoRelatos

    Considero que todas las experiencias lésbicas que he tenido me han dejado algo nuevo, pero jamás me imaginé que me encontraría en una situación como las que les contaré.
    
    Una tarde mientras estaba trabajando, me dirigía a mi oficina, ese día fue festivo y ya estábamos muy pocos operando aun, tome el ascensor vacío, apreté el botón del piso diez y espere a que las puertas se cerraran y comenzara a ascender.
    
    Justo cuando las puertas comenzaban a cerrarse, se produjo un golpe de mano entre ellas y una rubia de unos cuarenta y seis años entró en el ascensor, pulsó el botón de su piso y se giró para mirarme, lo cual no suena raro, si no es porque su mirada casi me desnudaba, por primera vez a mis 35 años me sentía intimidada y era por una mujer madura de mirada extraña.
    
    La rubia vestía un traje azul oscuro, una blusa de seda blanca y unos elegantes zapatos negros… Hubiera sido considerada guapa, sino fuera por el hecho de que tenía un aspecto duro, con su pelo rubio corto, que se lo tiraba a un lado y una actitud de control total.
    
    Después de varios segundos de silencio, la rubia, mientras miraba directamente mis ojos, me preguntó:
    
    R: "¿Eres una sumisa, no es así?… Puedo olerlas a un kilómetro de distancia"
    
    Me puso roja como un tomate y, mientras evitaba sus ojos, me ponía a pensar que responder, ya que no me esperaba eso, ella me tomo del brazo y repitió la `pregunta, yo la mire como hipnotizada y solo conteste;
    
    C: ¡Sí… ¡Sí lo soy!"
    
    La rubia lanzó un ...
    ... bufido y contestó:
    
    R: "¡Estas perras son todas iguales… Se visten y se ponen guapas, ¡esperando ser recogidas por una mujer dominante para joderlas bien jodidas!"
    
    Al escuchar la cruda conversación de esta completa desconocida, tuve una reacción inmediata y mi vagina se fue inundando de humedad al comenzar a palpitar mi clítoris.
    
    El ascensor se detuvo, y las puertas se abrieron suavemente y la rubia le dijo:
    
    R: "Este es mi planta… Ven conmigo, ¡que hoy has encontrado la mujer dominante que buscas!
    
    Sin poder hacer nada y aun anonadada, la madura así sin más, me tomo del brazo y me condujo por el pasillo hasta su piso.
    
    Una vez abrió la puerta, la rubia me empujó dentro, cerró la puerta y dijo:
    
    R: "¡Vamos, pequeña zorra, ábrete la blusa y déjame ver tus tetas!"
    
    Temblando no sé porque razón, solo hice lo que me pidió y desabotoné la blusa mostrando mi sujetador escotado y pechos abultados a los ojos hambrientos de la dominante rubia, que alargó la mano y comenzó a pellizcar y tirar de mis pezones a través de las copas de encaje del sujetador.
    
    Quede sin aliento, ¡tanto por el dolor como por la excitación de tener mis tetas maltratadas por la extraña lesbiana rubia dominante!
    
    Jamás en la vida un hombre había conseguido tenerme así de sumisa, pero esa rubia tenía algo que me encendía por eso le permití llevarme al salón y una vez allí la rubia me dijo:
    
    R: “Veamos si te gusta esto... Vamos, zorra, ponte de rodillas y cómeme el coño… ¡A ver cómo lo ...
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