La vida de Sandra (Cap. 9) - Relatos Eróticos

La vida de Sandra (Cap. 9)

Esa noche Sandra durmió estando más que orgullosa no solo de saber que su Ama empezaba a verla con admiración como esclava sino que además veía en ella futuro dándole la posibilidad de llegar a ser Ama también, esa noche Sandra sintió que no solo había elegido al Ama correcta sino que además estaba superándose a sí misma al superar esa timidez con la cual antes vivía.

La mañana siguiente no solo fue distinta por saberse apreciada por su dueña, ahora también ella tenía a sus perras personales que desde ese día le harían la vida más cómoda y sencilla. Sandra se preparó para atender y servir a su Ama pero antes de presentarse ante los pies de su dueña les aventó a sus nuevas perras una cubeta con agua helada ya que a esa hora la temperatura es muy baja. Ambas perras al recibir semejante chorro de agua helada despertaron exaltadas y sin saber dónde estaban o que pasaba hasta que vieron frente a ellas a su nueva y respetada Diosa a la cual apenas la tuvieron frente a ellas recordaron que había sucedido y lo mal que les fue el día anterior, de tal manera que solo estiraron el cuello para besarle los pies a su nueva propietaria.

Sandra les ordenó tajantemente “mientras yo atiendo a mi Ama ustedes van a prepararme el baño para asearme y después van a cargar mis útiles hasta el campus y no quiero queja alguna a menos que quieran esa visita gratis al hospital, las perras respondieron “no Ama por favor” obedeceremos todas y cada una de las ordenes que usted buenamente nos ...

... imponga” estamos desde hoy solo a sus pies y servirle en lo que sea. Habiendo dicho eso las dos perras se acercaron a lamer los pies de Sandra como si de eso dependiera su vida entera. Una vez lamidos los pies Sandra se retiró para atender a su señora mientras que sus nuevas esclavas le preparaban el baño antes de irse a la universidad.

Una vez ya preparada para irse llamó a sus estúpidas para ordenarles que fueran por sus útiles y así poder partir rumbo del campus, las perras acataron sus órdenes y al llegar a la universidad Sandra imponentemente chasqueo los dedos y enseguida sus ahora sin voluntad perras se echaron a cuatro patas para empezar a caminar atrás de su nueva dueña que se glorificaba de ser ahora ella la que traía de esclavas a algunas estúpidas que durante el año anterior la estuvieron torturando.

Iba a la mitad del campus cuando las otras dos taradas que la tenían entre ojos aparecieron para empezar a hostigarla sin embargo ese día Sandra era distinta, iba fuerte y segura de si misma, el miedo era cosa del pasado y al recibir de esas taradas la primer ofensa solo chasqueó los dedos y sus nuevas perras se abalanzaron encima de sus antiguas amigas dándoles una golpiza. Sus amigas quedaron sorprendidas que sus propia amigas ahora eran ellas no solo las que defendían a su antigua víctima, sino que además se lanzaron para darles una paliza.

Las chicas ahora golpeadas no supieron que sucedió y al preguntarles porque el ataque Sandra respondió “ahora sus amigas son ...