La vida de Sandra (Cap. 9) - Relatos Eróticos

La vida de Sandra (Cap. 9)

... esclavas mías y si ustedes desean seguir recibiendo palizas como esta pequeña muestra por favor sigan atacándome, ahora que si no desean que les den una peor que esta deberán besarme los pies y entregarse a mi como lo han hecho sus antiguas amigas”.

Al escuchar eso las atacantes se carcajearon sin embargo apenas se empezaron a burlar, Sandra chasqueo y de nueva cuenta sus perras se lanzaron en defensa de su nueva Ama. Las atacantes se dieron cuenta que habían perdido a sus amigas y que lo que se les dijo iba muy enserio, Sandra les ordenó besarle a las nuevas los pies, orden que no pudieron negarse a obedecer si es que no deseaban otra golpiza. Esa mañana en el campus para Sandra fue muy productiva y cómoda ya que ahora tenía a cuatro estúpidas totalmente a sus pies dispuestas a hacer todo lo que ella ordenara.

A la hora del descanso Sandra dispuso que las esclavas del día anterior fueran a comprar su almuerzo, orden que no dudaron un segundo en obedecer, ya de regreso con su comida les ordeno estar sobándole y besándole los pies mientras que sus otras amigas ahora también esclavas de Sandra le abanicaban para aminorar el calor. Era más que notorio quienes eran ahora las chicas sometidas, los papeles habían sido invertidos, ahora las abusivas del año pasado fueron convertidas en las esclavas serviles.

Al momento de la salida de clases dos de las nuevas esclavas cargaron hasta el reino a su nueva y definitivamente Ama, al ...

... llegar al reino Sandra dispuso que dos de ellas se postraran a sus pies para atenderla como la reina que ahora era de ellas, mientras tanto al otro par de perras les ordenó hacer las tareas escolares para después asearle su cuarto y si les daba tiempo al final podían hacer sus propias tareas, sin embargo les dejó muy en claro que no podrían dormir mientras no terminaran todo.

Mientras que sus nuevas estúpidas se iban a cumplir las órdenes dadas por Sandra, las otras dos esclavas una le sobaba los pies y la otra le llevó una bebida fresca para después abanicarla mientras que Sandra descansaba mirando la televisión.

Dos horas más tarde llegó el Ama de Sandra y de inmediato la esclava de Sandra que le sobaba los pies de inmediato fue a chuparle y besarle los pies como forma de saludo y una muestra de respeto ante tanta autoridad suprema que tanto el Ama como Sandra poseían sobre esas dos taradas. Sandra que gozaba ya de la amistad de su Ama su saludo fue más cariñoso e informal aunque seguía siendo respetuoso. Mientras que las taradas le servían como viles perras sin voluntad.

Sandra comentó a su Ama, ahora mismo ya tengo a las cuatro que me molestaban el año pasado, a dos de ellas las está viendo ahora atendiéndome y el otro par de idiotas las tengo haciendo mis tareas y arreglando mi cuarto y de no terminar no van a dormir, el Ama solo felicitó a Sandra y le dijo ahora vengo cansada, después me cuentas como fue que lo lograste.