El bufete del sexo
Fecha: 14/09/2023,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... hombre se corre sobre ellas. Durante mis estudios mis tetas me ayudaron a mejorar algunas notas con algunos profesores maliciosos.
Empecé a sobar de nuevo las tetas de Susana. Efectivamente, su poder de atracción podía ser enorme para cualquier hombre. Eran muy suaves y las tenía muy calientes.
- Cuando empecé a trabajar me abrieron muchas puertas entre mis jefes, aunque también me las cerraron entre mis jefas y las esposas de mis jefes, por eso no quiero trabajar con mujeres.
- Bueno, yo conozco a mujeres que también quedarían seducidas por tus tetas y mujeres que no les importa que las tengas así de grandes.
- Alguna ha habido que ha querido tocármelas y besármelas, pero hasta ahora casi no he tenido relaciones con mujeres, me gustan demasiado los hombres, aunque no descarto que en algún momento pueda suceder. Me casé joven, demasiado joven tal vez. Mi esposo y yo pasamos unos primeros buenos años juntos, hasta que él se volvió muy celoso y aunque alguna razón tenía para estarlo, se puso insoportable y nuestra convivencia se volvió difícil.
Me puse sobre ella, la besé en la boca y luego fui bajando hasta terminar en sus tetas. Tenía la polla como un leño, me la cogí y empecé a darle golpes con ella en los pezones, que los tenía erectos y duros.
- Me gusta mucho que me hagan eso –dijo ella cogiéndose las tetas y apretándoselas-. Si sigues así vas a tener que cumplir de nuevo.
- Por mí encantado.
Eché un brazo hacia atrás y puse mi mano en su chocho, ...
... ella abrió las piernas, ahora no estaba mojado, estaba empapado.
- Pon tu polla aquí –me dijo señalando en medio de sus tetas-.
La puse y ella la aprisionó entre sus tetas, sin dejar de acariciarle el clítoris me fui moviendo adelante y atrás, mientras ella movía sus tetas en círculos.
- ¿Te gusta cómo te la hago? –Me preguntó-.
- Me hace sentir en la gloria.
- Sigue acariciándome que quiero correrme de nuevo.
Desde luego era una experta en pajas cubanas.
- Susana no voy a aguantar mucho más.
- Yo tampoco, tienes unos dedos mágicos.
Seguimos así un poco de tiempo más, hasta que el dije:
- ¡Susana me voy a correr!
- Lo sé, yo también.
Me corrí sobre su cara y sobre su pecho y ella se corrió gritándome que no parara de acariciarle el chocho. Para entonces eran más de las dos de la madrugada, ella tenía que salir temprano de viaje y yo tenía bastantes cosas que hacer al día siguiente. Nos duchamos juntos, me vestí y quedamos en hablar por teléfono próximamente.
Si se enteraba Antonia de lo que había pasado, no iba a estar muy contenta conmigo, pero era imposible decirle que no a una mujer como esa.
El método de trabajo que habíamos establecido era que RESMEX buscaba los posibles locales, ya que eran ellos los que sabían las características que debían tener y la ubicación donde los querían. Después nos remitían los que iban seleccionando y nosotros estudiábamos si podían tener algún problema.
A los quince días de empezar a trabajar con ...