1. Caitiff


    Fecha: 15/09/2023, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... apretaba un poco con su mano. Un gesto de complicidad entre ellas. Se miraron, pero los ojos de Claire no tardaron en desviarse hacia algo más interesante.
    
    Un chico, algo más joven que ellas dos, rondaba por el borde de la pista de baile. Era mono. Piel morena, constitución fuerte, pelo marrón claro en melena y ojos verdes. Perfecto para Claire.
    
    —Bueno, esta noche tocará macho —habló animada.
    
    Le dio un pequeño beso en la mejilla derecha a Scarlett y se alejó en dirección a su presa, la cual no tardó en mostrarse abierta a bailar con ella. Su amiga vio cómo se alejaban y así, quedó sumida en sus tristes pensamientos.
    
    Scarlett siempre estuvo atrapada en una prisión toda su vida. Su familia, de porte religioso y tradicional, le prohibió salir y tener amigas. Tan solo podía estudiar y rezar. No fue hasta que le otorgaron una beca para ir a una prestigiosa universidad que por fin pudo respirar liberada. En otra ciudad, gozaría de renovada libertad para hacer lo que quisiera. Sin embargo, aquella vida estricta y dura que había soportado por mucho tiempo hizo mella en la joven y le imposibilitaba expresarse como deseaba: ser lesbiana y acostarse con otras mujeres.
    
    Siguió bebiendo. El embriagador efecto del alcohol la desinhibió un poco y le dio ciertos ánimos para lanzarse a la pista en busca de su propia presa. Miró para ver si hallaba a Claire, pero hacía rato que su querida amiga se había perdido entre aquella marea humana. Fue, en ese instante, cuando notó una ...
    ... nueva presencia muy cerca de ella.
    
    —¿Estás sola? —preguntó alguien a su lado.
    
    Un escalofrío recorrió su cuerpo de arriba a abajo al volverse y topar con la increíble mujer que había allí. Sus ojos parecieron quedar fijados en ella y una intensa sensación de calor comenzó a crecer en su interior. No entendía que le estaba sucediendo, pero parecía ser solo el principio.
    
    —S….si…, lo estoy —logró responder.
    
    La recién llegada sonrió. La mueca era una perfecta curva bien formada en sus finos labios, recubiertos de un intenso rojo escarlata que brillaban con el reflejo de las luces procedentes de los focos.
    
    —Ya veo. —Se la notaba satisfecha con la respuesta— ¿Te importa si te hago compañía?
    
    Asintió de forma arrítmica. Los nervios estaban empezando a comérsela y eso era algo que no se debía permitir. Se dijo que tenía que controlarse y eso intentó hacer. Volvió la vista y respiró hondo. Necesitaba calmarse.
    
    Mientras miraba hacia el gentío, tratando de buscar a su amiga, notó como el calor comenzaba a subir. La estaba observando, de eso no cabía ninguna duda. Sus ojos estaban posados en ella. La incomodidad hizo acto de presencia. Se revolvió, tratando de quitarse ese miedo de encima, pero le resultaba complicado lograrlo. Nunca había estado en una situación como esa y no tenía ni idea de que hacer. Cuando decidió volver a mirar a la recién llegada, esta seguía pendiente. Seguro que no le había quitado ojo en ningún momento.
    
    —¿Va todo bien?
    
    —Cla….cla….claro ...
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