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El Esclavo
Fecha: 17/09/2021, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Maximus, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... hombrecito. Moví una de mis manos hasta su parte delantera y ¡o sorpresa! Su verga, que siempre estaba reprimida y triste, se sentía medio morcillona. Al muchacho le gustaba el beso negro. Agarré con firmeza su verga y empecé a bombearlo. Él empezó a gemir más y más fuerte. Se llevó sus manos tras la nuca y me dejó hacerlo mío. Su verga en mi mano alcanzó un tamaño considerable y al poco rato empezó a mojarme los dedos de pre-semen. Yo continuaba comiéndome su entrada anal como un hombre hambriento. Y le chupaba el culo como un sediento queriendo sacar agua de una piedra a chupetones. Sentí en mi boca sus contracciones anales y su verga empezó a palpitar en mi mano. Yo corrí y me puse frente a él, y quien que se lo esperara me metí su juvenil verga en la boca. Él gritó como loco cuando hice eso. No se pudo contener y disparó sus leches juveniles en mi boca. Mi boca pronto se llenó de sus mecos. Tibios y espesos. Tenían un sabor salado. Mamé un poco su verga y dejé caer poco a poco su jugo de mi boca. Cuando me quedé sin nada me lancé a besarlo. Y le compartí el sabor de sus mecos y su culo. Él me abrazó y correspondió el beso. Y me sorprendió al empezar a usar su lengua. -No soy joto… Me dijo cuando dejamos de besarnos. Pero sin dejar de abrazarnos. -¿Te gustan las mujeres? -Me encantan. -¿Y las vergas? -No. -Entonces eres un hombre muy hombre. Y volví a besarlo. Luego de saciar nuestras bocas me separé de él y busqué entre mis ropajes un taparrabo. ...
... -Toma. Te lo mereces. Aunque si fuera tú no me daría vergüenza enseñar el pájaro peludo que tienes, y esas bolas tan bonitas. Skýlos se amarró el taparrabos y notó con cierta molestia que solo le tapaba por enfrente. Por atrás sus nalgas quedaban al aire. -Se me ve todo el culo con esta mierda. Se quejó. Yo fui hasta él y le amasé una de su nalgotas con una mano. -Así me gusta. Para que ventilen y le pegue aire a tu fundillo. Me burlé y él, en lugar de molestarse como siempre, me sonrió con una sonrisa leve medio torcida. Ya lo tenía domado. -Voy a ir al mercado a comprar algunas cosas, y quiero que vengas conmigo para que cargues. -¡¿Qué, con esto?! Dijo y su cara se puso roja. -¿Tienes un problema? -No…No señor. Dijo y luego me siguió. * Yo me puse una de mis mejores túnicas. Yo no saldría desnudo. Mi esclavo casi, ya que el taparrabo que le había regalado le cubría solo la verga y los huevos. Fuimos caminando con rumbo al mercado y mientras caminábamos yo me di cuenta de que muchas personas, de todas las edades, hombres y mujeres, se le quedaban viendo a mi exquisita adquisición. La gran mayoría se le quedaban viendo las nalgas bamboleantes, y otros le miraban el bulto que se notaba por la tela del taparrabo. Skýlos era un muchacho con un cuerpo envidiable para su edad, no tenía nada de que avergonzarse, pero aún así su cara estaba color fuego por todas las miradas que lo acosaban. A veces veía que intentaba taparse la entrepierna con las manos, pero eso ...