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El Esclavo
Fecha: 17/09/2021, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Maximus, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... solo hacía más evidente su semidesnudes así que Skýlos tendría que acostumbrarse. Y agradecer que al menos sus partes nobles estaban ocultas. Llegamos a un puesto de alimentos y compré muchas frutas y verduras, y como llevaba al muchacho para que hiciera parte de su labor, le pedí que cargara la gran caja en donde habían puesto todo. Cuando se agachó para recoger la caja del suelo el mercader no pudo evitar echarle un ojo a las posaderas del muchacho y me preguntó: -Deberías rentar al chico, tiene muy buenos atributos. Te aseguro que le sacas mucho dinero. Y eso me dio una idea. Le pagué al vendedor y le dije a Skýlos que volviéramos a mi Villa. Él cargaba la caja con ambos brazos y se notaban los músculos de sus bíceps tensos por el esfuerzo. Al poco rato de caminar bajo el sol empezó a sudar. Yo quería presumir mi propiedad, así que me puse a un lado de él y coloqué mi mano en una de sus nalgas con fuerza. Luego, sin dejar de caminar, busqué en su rajada su agujerito y le metí un dedo con dificultad. Él empezó a hacer gestos de dolor y bajó un poco la velocidad. Yo lo tenía enganchado. De vez en cuando sentía como apretaba las nalgas, como acto reflejo. La gente se le quedaba viendo más y le dije a Skýlos que se detuviera. El muchacho obedeció y me miró con cara de perro regañado. -Señor, por favor… Me dijo en voz baja, haciéndome saber que no quería ser humillado de aquella manera. Menos en público. Aún era un hombrecito y tenía unos huevos que mantener en ...
... su lugar. -Baja la caja. Skýlos me obedeció y cuando dejó la caja en el suelo le ordené que no se moviera. Prácticamente quedó con el culo al aire. La gente empezó a juntarse alrededor de nosotros. Saqué el dedo de su culo y se lo puse a la altura de la boca. -Chúpalo. -Pero señor… Le di una nalgada que le pintó uno de sus cachetotes de rojo y él, de mala gana, empezó a mamarme el dedo. Cuando lo sentí bien ensalivado lo saqué de su boca y lo puse lentamente en su entrada anal. Empecé a hacer presión y poco a poco su culo fue recibiendo mi dedo en su interior. Al estar Skýlos agachado por detrás se le podían ver los huevos colgando, así como su verguita flácida. Algunas mujeres estaban encantadas viendo el manjar. -¡Un culo apretadito de hombre joven. Lo mejor que puede haber por Zeus! Grité en voz alta para que todo el mundo me escuchara. -¿Cuánto darían por meter la verga en un culo que parece querer cortarme el dedo? Skýlos dio un respingo y sentí que iba a levantarse. Pero antes de que se moviera lo sujeté de su collar y le dije al oído. -Recuerda que eres mío, niño. Si haces algo que yo no quiera te irá muy mal. Él empezó a respirar con agitación, sabía que estaba enojado. El muchacho rebelde había vuelto. Pero tenía que domarlo, y para domar un caballo salvaje como él eran necesarios varios jinetes. Un hombre grande, fornido y barbado llegó a mi lado y me habló: -Es solo un muchacho ¿seguro que aguantará? -El perro es todo un hombre. Respondí y le ...