El Esclavo
Fecha: 17/09/2021,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Maximus, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... nalgadas. El hombre musculoso se cogía a Skýlos como un animal. Incluso temí por mi esclavo, que pataleaba y gritaba de dolor. El hombre violento sacó su verga antes de correrse y antes de que la entrada anal se cerrara otra vez metió el puño completo en el recto del muchacho. Yo veía como su ano se estrechaba y como, posiblemente, no volvería a quedar cerrado. El hombre se corrió de pura excitación en el suelo.
Así pasó el tiempo, y el culo de Skýlos fue rellenado por doce leches distintas. Tuve que detener a la gente que hacía fila para cogerlo cuando vi que el muchacho ya no gritaba, sino que se había resignado a ser juguete sexual. Estaba tirado en el suelo de la vía pública. Con las nalgas rojas, ya sin taparrabos, el orificio del culo se le veía rojo y ligeramente abierto y del interior no dejaba de salir esperma lentamente. Incluso había un chaco pequeño de semilla de hombre bajo él.
-Levántate.
Le dije, y él, luego de unos segundos intentó ponerse de pie. Pero volvió a caer.
-No puedo…
Repetí la orden y él intentó, pero no lo logró levantarse.
-Mi culo, me arde mucho…
Fui con él y lo ayudé a levantarse. Coloqué su brazo tras mi cuello y lo encaminé despacio. Ya había oscurecido.
-Tantas vergas en tu culo, y no se te paró ni una sola vez. Eres un hombre aún.
Le dije con un tono de orgullo y él se soltó llorando.
Cuando llegamos a la Villa lo primero que hice fue recostar a Skýlos en mi cama. Él se quedó dormido de inmediato. Yo aproveché para revisar ...
... su culito.
Abrí sus nalgotas y noté que el agujero anal se había quedado ligeramente abierto. Estaba rojo y había mucho semen seco en todos lados. Le di un beso en una nalga y luego uno en el culo. Con mi lengua empecé a limpiarle los restos de leche y con mi saliva traté de aliviar un poco su agujero destruido.
Así estuve varios minutos, cuando Skýlos, aún dormido, empieza a mover la cintura y a frotar su pene y sus bolas en las sábanas. Le abrí más las nalgas, con ambas manos, y empecé a devorar apasionadamente su agujerito. Le daba besos en las nalgas, le jalaba sus vellos anales con los labios, le metía la lengua lo más adentro que podía. Le estaba regresando el favor. Sus movimientos se hicieron más rápidos y agresivos, y luego me llegó el olor a semen. Había hecho que se corriera en la cama.
Me despedí con un beso en el culo y me fui a dormir a la habitación de al lado. Me fui pensando que quizá era tiempo de regresar más el favor al chico, después de todo, era un buen muchacho. Quizá el día siguiente le conseguiría una esclava para que también él soltara sus mecos. O mejor aún: un esclavo, para que sintiera lo que es correrse en el culo de otro hombre.
A la mañana siguiente le dije a Skýlos que saldría por un rato, y lo deje solo por primera vez en la Villa. Él aún no se recuperaba del todo de la cogidota que le habían dado el día anterior. Así que se durmió otra vez.
Yo fui al mercado de esclavos, con la intención de comprarle a mi muchacho un compañero de ...