El Esclavo
Fecha: 17/09/2021,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Maximus, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... descargas.
Dicho y hecho, el mercado de esclavos estaba abierto y estaba lleno de gente ricachona de diversas procedencias. Yo llevaba mi dinero bien guardado para evitar que alguien me lo robara. Me acerqué nuevamente a la tarima en donde se exhibían las propiedades que serían vendidas y esperé pacientemente por un buen compañero para mi muchacho.
Curiosamente ahora si habían llevado bastantes mujeres guapas a la venta. Rápidamente estas eran vendidas a hombres de todas las edades, y una que otra mujer. Mejor así, ya que tenía menos competencia. Esperé un tiempo más para que se fueran yendo los compradores más ricos, además, daba tiempo a que sacaran mercancía valiosa. Mi paciencia fue recompensada ya que el vendedor subió a la tarima a un espécimen joven, encuerado, que curiosamente, se parecía mucho a mi Skýlos, pero más joven. Sin el culo peludo de mi esclavo y con apenas pelusa pública sobre su pajarito rosado.
-Yo doy 800 monedas!
Grité y como casi no tenía competencia el muchacho pasó a ser de mi propiedad rápidamente. Lo revisé con la vista: tenía el pelo negro rizado, unos ojos soñadores, unos labios carnosos y rosados, pezoncitos rosas, no tenía más grasa que la necesaria en el cuerpo. Y por estar desnudo pude notar sus partes más suculentas al aire: un pajarito chiquito con pielecita que lo cubría totalmente y un par de bolitas rosas. Tenía unos poquitos pelitos negros largos en la base del pene. Las nalguitas estaban paraditas y esponjosas, a diferencia ...
... de Skýlos mi nuevo esclavo no tenía ni un solo pelo en el culo. El nene me llegaba a la altura del pecho, le sujeté por los hombros y le di la vuelta para ver la cosa que más me interesaba, su culo.
Sus nalgas eran rositas y de piel tersa, muy joven. No tenían ni un solo pelo. Me daban ganas de reventarle ahí mismo las nalgas con mi verga que ya estaba parada, pero me contuve.
Le abrí las posaderas y aprecié un agüerito rosado que se veía tímido y cerrado. La piel de sus nalgas se le puso como piel de gallina. Eso me éxito y le di unas nalgaditas suaves.
-Te llamaras Koutávi. ¿Entendido?
El esclavo asintió silencioso con la cabeza. Me lo llevé amarrado de mi caballo negro de regreso a la villa, y como pasó con mi Skýlos a este nuevo muchacho también se le quedaban viendo algunas personas. Es que estaba muy guapo, y tenía un cuerpito apetecible.
Al llegar y entrar por la puerta de mi habitación lo primero que vi fui a Skýlos de espaldas viendo por la ventana. Seguía encuerado y su cuerpo me excitaba muchísimo. Su espalda ancha pero joven, sus nalgas paradas y cubiertas de pelos negros al igual que sus piernas.
-¡Mira lo que te traje para que te vuelas hombrecito!
Le dije y Skýlos volteó. Al mirarse mutuamente ambos muchachos soltaron un gritillo ahogado y corrieron a abrazarse.
-¡Hermano, hermano!
¡Me había tocado comprar a dos hermanos!
Ambos se abrazaban con lágrimas en los ojos por la felicidad, sin impórtales lo más mínimo el estar desnudos uno frente al ...