1. Mi alumna me seduce y roba a mi familia 2


    Fecha: 24/09/2021, Categorías: Lesbianas Tus Relatos Autor: Tu_Nicolette, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    En la parte anterior les conté cómo invité a  Teresa a cenar, eso había bastado para que los dos hombres en mi vida, mi marido Richard y mi hijo Philipe, fueran embrujados por los encantos de mi alumna: Richard se masturbó pensando en ella y Philipe estaba besándola enfrente de mi casa, eso fue suficiente para que mi corazón herido tomará una decisión. Me fui a mi recamara, dispuesta a no volver a saber nada de Teresa, con todo y que mi coño escurría después de haberla tenido tan cerca de mí como para hacerla mía como tantas veces lo habían hecho en su departamento.
    Al otro día en la Universidad, Teresa fue a buscarme a mi cubiculo a
    visiblemente apenada y dijo que pensó que una buena forma de hacer que mi hijo pensara que no había nada entre nosotras era demostrarle que tenia interés en alguien más, en este caso, él. Me juró que después del beso la llevó a su departamento, pero después lo mandó a casa a dormir. En mi pecho ardia algo similar a los celos, y aunque acepté su disculpa, le aseguré que nuestra relación había terminado.
    –Ya veo. He sido una niña muy mala, profesora Reuget, supongo que merezco que me castigue.
    Mientras decía esto, ella se colocó de espaldas en el escritorio. Durante nuestra charla yo me había mantenido sentada en mi silla, pero me paré para indicarle que se fuera. Teresa colocó su bello cuerpo en el escritorio, subió su falda y dejó ver sus hermosas nalgas hacia mi, buscó mis manos y las puso en ellas.
    –Ande, profesora. Castigue a su mala ...
    ... alumna.
    El cinismo de Teresa me hizo enojar, después de haberse besado con mi hijo ayer creía que seguiría con sus juegos. Estaba tan molesta que sin pensar le di una nalgada. Ella respingó, pero dijo "así profesora, he sido muy mala".
    Yo no pude más y continúe azotando con furia sus nalgas, que no tardaron en enrojecer. Teresa gemia cada vez más fuerte. Tenerla ahí, dominada por mí me excitó. Cuando los bellos glúteos de Teresa estuvieron rojos me lancé a devorarlos con mi boca. 
    Eso era todo. No podía estar sin ella.
    
    *****
    Lo siguiente que voy a contar no lo supe en ese momento, sino hasta ahora, mucho tiempo después. Tras nuestra reconciliación, Teresa y yo continuamos viéndonos con regularidad, aunque le prohibí expresamente que fuera de nuevo a mi casa. Ella se lo tomó bien, pero tenía algo preparado. 
    Un día, ella caminaba medio perdida por la oficina de mi marido. Él la encontró y se ofreció a ayudarla, ya que ella no conocía la ciudad. Caminaron un rato y Richard no tardó mucho en conseguir lo que quería: se escondió en un callejón poco transitado para que Teresa le diera una mamada. Mi alumna comió felizmente el pene de mi esposo, lo sintió ponerse duro en su boca y bebió completa la leche que brotó de su trabajo. Al igual que conmigo, Teresa empezó a verse con regularidad con Richard.
    
    
    Por su parte, lograr seducir a Philipe fue más sencillo. Ya tenía un camino avanzado y la cercanía al estar en la misma universidad le ayudó. Se lo encontró casualmente en la ...
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