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Padre e Hija - Incesto Muy Dentro De Mi
Fecha: 10/10/2021, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: chicahot, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Cuándo nos permitamos ser libres en lo que deseamos, seremos libres en lo que hacemos. Recuerdo que cuando estaba en el bachillerato, había un profesor que se parecía a mí papá, en físico y personalidad; me gustaba tanto que incluso, fue el protagonista de mis sueños húmedos unas cuantas veces. Ahora, reconozco la manifestación del complejo de Electra no superado en mi persona; y explicaría la mala relación con mí madre desde muy joven. Mi nombre es María Sofía; tengo 36 años; soy psicóloga, madre, y esposa. Soy una mujer bisexual, casada con un hombre. Tengo cabello castaño, y ojos Avellanedos; Mido 1.72cm. tez blanca, de complexión semi delgada, caderas anchas, y cintura bien marcada; culo pequeño pero tonificado. Mi monte de Venus, depilado, aunque con unos cuantos bellos, para adornarlo en un triángulo muy discreto. Mis tetas son tan grandes que, roban miradas de hombres y mujeres, más ahora que mantienen una alta producción de leche para alimentar al más pequeño de mis hijos; al mismo tiempo, mis aureolas son rosadas, y abarcan una cuarta parte de mis senos; y por último, mis pezones; que son tan grandes y duros como dos uvas maduras capaces de activar mi libido, aún, en situaciones que no debo; como el amamantamiento por ejemplo. A decir verdad, aún no logro asimilar lo que sucedió, pero tampoco me arrepiento. Era viernes, en el cumpleaños número 57 de Max; mi padre. Un hombre alto, blanco, y de porte duro a pesar de su edad, ex bombero rescatista, y abogado, ...
... con una voz tan grave, que hacía temblar a cualquiera. Mi esposo había salido de viajé tres días antes; Después del trabajo pasé trayendo ropa para mí; y los niños, y nos fuimos a casa de mi padre, siguiendo al pie de la letra, el plan que había acordado con mi marido. Después de comprar el pastel de cumpleaños, llegamos a casa de Max, quien nos recibió cálidamente, como de costumbre, haciendo bromas y jugando con los niños, los cuales, no tardaron en entrar corriendo a la casa. Mientras yo le quitaba el cinturón a la silla del más pequeño, mi padre se acercó al auto, por detrás de mi, colocó su mano en mi espalda baja y yo volteé para darle un beso de piquito en los labios, como acostumbramos desde toda la vida. De inmediato me quitó al bebé; ese mismo que fue procreado por su hijo y su hija, en una situación de incesto consensuado. Max comenzó a hacerle caricias al bebé; mientras yo bajaba el resto de cosas que hacía falta y luego entramos a casa. La situación durante la celebración de cumpleaños fue muy normal. Después de una larga charla con mi padre, recogimos la mesa, y les pedí a mis dos hijos más grandes que se pusieran pijama, mientras amamantaba y dormía al más pequeño en la habitación de mi padre; cuando por fin el pequeño durmió, me levanté muy despacio, cerré la puerta y terminé de sacarme el vestido que llevaba puesto; me quité el sostén, masajee mis pechos, apreté mis pezones para exprimir la leche que había quedado a punto de salir, y me quité la tanga. Por ...