La infidelidad de la señora Mayra IV - Relatos Eróticos

La infidelidad de la señora Mayra IV

... desabroche un botón más a mi blusa, de inmediato note como su mirada se fijó en mi escote.

Nuestra conversación se fue animando y no dejaba de mirarme mis pechos, me estaba comiendo con su mirada, me acerque un poco más a él colocando mi mano sobre su rodilla, ya estaba lista para lanzarme sobre el pero ya eran las 12:30 y tenía que ir pos mis hijos a la escuela.

Me levante del sillón y me acomode mi falda restregándole mis nalgas en toda su cara, pude ver lo excitado que estaba, Salí de sala dirigiéndome a la cocina y en todo momento no dejaba de verme mi culo.

Tomo mis llaves para salir de mi casa cuando siento como Pablo me abrazan por detrás de la espalda sujetándome con fuerza, me empezó a masajear mis tetas y a darme besos en mi nuca y cuello, comenzó a darme arrimones y a frotar su verga dura contra mis nalgas.

Tenía bien encajada su verga en medio de mis nalgas, parecía que estaba puliendo su verga en mis nalgas, le dije que parará que tenía que ir por mis hijos y no teníamos tiempo, pero hizo caso omiso y en vez de detenerse me llevo lentamente sobre la mesa empinándome sobre ella.

Me empezó a subir mi falda hasta la cintura y pausadamente me fue bajando mis bragas dejando libre mi culo, estaba muy excitada y mojada, intente detenerlo una vez más pero rápidamente se colocó detrás de mí bajando su pantalón sacando su verga que sin perder tiempo me la clavo toda en mi rajita de un solo golpe.

Coloco sus manos en mis caderas aferrándome a él ...

... fuertemente y comenzó a moverse bombeando mi rajita con su verga, una sensación de placer invadió mi cuerpo a cada embestida que me daba, su verga entraba y salía con facilidad por lo excitada que estaba.

Empecé a gemir al momento en que Pablo aumentaba el ritmo de sus embestidas, parecía que mis gemidos lo motivaban a cogerme más duro, él estaba como loco bombeándome sobre la mesa y eran tan fuertes sus embestidas que la mesa se comenzó a mover de lugar.

Me estaba cogiendo tan rico y tan duro, estaba frenético chocando su cuerpo contra mis nalgas que no tardo en correrse dentro de mi llenando mi rajita con su leche, siguió embistiéndome lentamente sin sacar su verga de mi rajita.

Los dos estábamos sin aliento y él seguía con le verga muy dura, me había dado una cogida magnifica y no quería que parara, nos levantamos de la mesa y se abalanzo sobre mi besándome y acareando todo mi cuerpo.

Sin perder tiempo me llevo directamente a mi recamara y me sentó en mi cama pidiéndome que le chupara la verga, deslice mi mano hasta tocar su verga y lo empecé a masturbar suavemente y de un solo bocado me lleve toda su verba a mi boca.

Recorrí toda su verga con mi boca y empecé a dar una mamada con todas mis ganas, de afuera hacia adentro de mi boca dándole lamidas en círculos con mi lengua, estaba chupando como una loca limpiando su verga.

Pablo puso sus manos en mis hombros bajándome los tirantes de mi blusa dejado expuestas mis tetas, las empezó a acariciar al mismo tiempo en que ...