La infidelidad de la señora Mayra IV - Relatos Eróticos

La infidelidad de la señora Mayra IV

... le estaba mamando su verga, seguí chupándosela hasta que se corrió apuntando a mis tetas bañándomelas con su leche.

Pablo ya se había corrido dos veces aún seguía con la verga muy dura, me quite por completo mi blusa y falda quedando desnuda, me pidió que me pusieron a cuatro patas sobre la cama y levantara mis nalgas y comenzó a besarme y acariciar mi culo.

Me dijo que tenía unas nalgas tremendas y le encantaban como se movían de un lado a otro cuando camino, Pablo se acomodó sujetando mis caderas y yo ya estaba lista para recibir sus embestidas cuando siento que su verga se estaba dirigiendo a mi culito, rápidamente le dije que parara que por ahí no me la metiera.

No era mi primera vez cogiendo por mi culito ya que anteriormente lo había hecho solo con mi esposo, Pablo se detuvo y empezó a rogarme que lo dejara cogerme por mi culo, que tenía la fantasía de cogerse a una madura por el culo.

Yo estaba muy caliente y excitada por la cogida que me había dado en la cocina así que le dije que sí pero que tuviera mucho cuidado, al oír mi respuesta su cara se ilumino de felicidad y se volvió a color de tras de mí, chupo uno de sus dedos y lentamente lo metió en mi culito moviéndolo suavemente.

Los saco y lo volvió a introducir pero ahora con 2 dedos, comenzó a moverlos en círculo, estaba muy excitada por la forma en que movía sus dedos en mi culito era deliciosa, la mirada de pablo demostraba su obsesión por mi culo y yo comencé a emitir pequeños gemidos de ...

... placer.

Pablo empezó a meter y sacar sus dedos despacio hasta que ya me tenía mi culito dilatado y yo me retórica de placer en mi cama, cuando logro meter tres dedos sin dificultad coloco su verga en la entrada de mi culo y pausadamente empujo la punta de su verga.

Empecé sentir como lentamente se abría paso en mi culito, ningún otro hombre que no fuera mi marido me había cogido por mi colita, me sujeto con fuerza mis caderas para ejercer más presión.

Empujo su verga hasta meterme toda chocando con mis nalgas, Pablo me tenía bien ensartada por mi culito llevándose el último vestigio de fidelidad a mi marido, se quedó quieto hasta que su verga se ajustó a mi culo y comenzó a moverse lentamente.

Movía sus caderas de adelante hacia tras suavemente sin sacar su verga, sentirme llena y el morbo de tener otra verga que no fuera la de mi marido en mi culo me hicieron gemir de placer.

Poco a poco fue aumentando la velocidad de sus embestidas culeándome con más rapidez, empezó a golpear con agresividad sus caderas contra mis nalgas, pablo tenía una cara de demente al momento de cogerme y no tarde en sentir una nalgada.

Pablo estaba como lunático cogiéndome, me piropeaba y me decía cosas vulgares sobre lo culona que estaba y las ganas que tenía de cogerme, y lejos de molestarme su manera de ser rudo y agresivo me gustaba y me estaba excitando bastante.

Me seguía bombeando con tanta fuerza que toda la cama se estaba estremeciendo, me sentí totalmente poseída por Pablo ...