1. Visitas a mi vecino (Clemen)


    Fecha: 03/07/2018, Categorías: Confesiones Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    ... ¿verdad?; y empujando se la dejó ir hasta el fondo.
    
    - ¡Ay!, ¡que rico!...
    
    - ¡Aghhh!… ¡Aghhh!… ¡dame fuerte tío!, le dijo Diego con la respiración agitada… ¡pétamelo!... que me gusta sentirla, bien adentro...
    
    - ¡Como te gusta!, ¡eh, guarrilla!... ¡peor que mi novia!
    
    Clemen empezó a darle un meneo tremendo; y Dieguito, poco a poco, empezó a gemir de manera descontrolada… demasiado fuerte. Así que, el empleado que les había dejado entrar; y que se paseaba cerca de la puerta, por si las moscas, tuvo que entrar a pedirles que se tranquilizaran un poco…
    
    - Estáis haciendo demasiado ruido, ¡por favor!…
    
    Pero el trabajo ya estaba hecho, y Clemen se limpió la polla, antes de que Diego volviera pedírsela. Abrió la puerta de la cabina y se asomaron… no había nadie; así que, Clemen pudo lavársela en el lavabo y Diego, saborearla otro ratito, antes de salir.
    
    - ¡Perdona!, oye. Es que se nos ha ido la olla, y no nos hemos dado cuenta de donde estábamos.
    
    - ¡Si!, ¡ya me figuro!... pero, no os preocupéis. Mis compas están a lo suyo y no creo que nadie se haya dado cuenta. ¡Suerte!...
    
    Clemen le ofreció su mano y le dio un fuerte apretón.
    
    - ¡Eres de puta madre!, tío… ¡genial!
    
    - ¡Hasta otra!; y le miró a los ojos, fijamente.
    
    Luego, Clemen apretó el paso para llegar, lo antes posible, al Flunch y Diego se quedó, mirando unas zapas en Geox.
    
    Después, salió por la salida del Primax y cruzó la plaza del lago para atravesar por Rodilla. Sacó dinero del cajero ...
    ... automático y volvió a la estación de Renfe.
    
    Cuando llegó a casa, pensó en contactar con Agus por whatssap… pero, decidió hacerlo después de comer.
    
    - ¡Hola!... ¿donde estás, “abu”?
    
    Parece que el abuelo no estaba en casa. Subió a su habitación y le marcó a Chencho
    
    - ¡Oye!, ¡Chencho!… ¿me oyes?…
    
    - ¡Si!, es que estoy afeitándome, y he tenido que dejar el móvil encima del estante... ¡dime!
    
    - ¿Que tal se ha dado la mañana?
    
    - ¡Bueno! … no ha estado mal…
    
    … pero, Edu le ha preguntado a Loren por ti. Por lo visto, quería verte. Ya te contará. A mi, es que ese tío me mosquea y no le pongo mucha atención.
    
    - ¡Vale!… hablaré con Loren…
    
    … ¿todo bien?
    
    - ¡Si!, ¿por?
    
    - ¡Por nada!, Chencho. Un decir… ¡venga!, mañana te llamo ¿vale?
    
    - ¡Vale!
    
    - ¡Ciao!
    
    - ¡Ciao!
    
    Oyó la puerta de la calle y supuso que era su abuelo. Bajó a la cocina y...
    
    - ¿Que hay de comida, “abu”?
    
    - Pues, te he dejado un trocito de tortilla de patatas y esas costillas de cordero que ves ahí, encima de la mesa. Yo ya he comido...
    
    - He llegado hace un rato ¡eh, “abu”!, pero no estabas…
    
    - Bueno, pero ya sabes que yo como a las 14:30, ¿no? A propósito, ¿porque has llegado tarde? Hoy salíais a las 14:00...
    
    - ¡Bueno, abuelo!, no voy a engañarte. Es que hoy no tenía ganas de ir a clase y me he ido a dar una vuelta por ahí. Pero no te enfades ¿vale?… ya sabes que yo no suelo hacer estas cosas.
    
    - ¡No!, si yo no me enfado, hijo. Pero me gustaría que no me engañaras, ¿sabes? ¡No es ...