Con mi sobrinito - Relatos Eróticos

Con mi sobrinito

... milímetros cada vez, mi corazón se aceleraba, y apenas podía pensar. Finalmente mi boca encontró la suya, quedamos labio a labio, quietos, sin saber que hacer. ¿Debía besarlo? No sabía. Moría por besarlo, pero ¡era mi sobrino! Y de repente sentí como el me empezó a besar. Fue por mucho, el mejor beso de mi vida.

Nunca olvidaré esa carita de sorpresa que tenía cuando mientras aún lo besaba, abrí mis ojos y lo vi. Me besaba con tanto asombro. 

Me aparté, y las primeras palabras que él pudo articular fueron: "debo estar soñando".

Esa noche solo pasó eso, yo aún intentaba procesar que había besado al niño tan bonito que era mi sobrino. La noche siguiente volvió a dormir conmigo.

En cuanto nos acostamos comenzamos a besarnos. Lo hacía muy bien aún con su edad. Debo admitir que estaba excitada desde la primera vez que lo bese, y esa noche aún más, pero era demasiado pequeño para permitirlo llegar a más. Creí que eso era todo lo que debía pasar, solo besos. Pero el tenía otra cosa en mente.

Me voltee dándole la espalda, tomando sus manos para que me abrazara por detrás, cómo cucharita. 

El me abrazo, y comenzó a acomodar sus manos, primero en mi cintura, fue de a poco subiendo hasta encontrar mis pechos. Yo duermo sin ropa interior, solo tenía un vestido como pijama, y nada por debajo. Al sentirlos me acerco su miembro, y comenzó a moverlo como si me estuviera dando. 

Hizo mucho ruido, me preocupo que alguien pudiera escucharnos, gire para quedar de frente ...

... hacia el, comencé a besarlo, subí mi pierna sobre la suya, tome su mano y la coloque en mi pierna sobre el vestido, esperando que el entendiera que debía tocarme. No entendió, subí el vestido, ahora tocaba mis piernas desnudas, pero solo se quedaba ahí. Me gire quedando boca arriba, y por el movimiento su mano quedó en mi entrepierna, ahí sintió que estaba desnuda y comenzó a tocar mi clítoris con su tierna manita. Lo hacía tan bien! Nunca nadie me ha tocado como él, lo hacía como todo un experto. Aventó la cobija, dejándome completamente desnuda y expuesta de la cintura para bajo, y completamente fuera de si comenzó a masturbarme. No sé si era el morbo, si era él, o lo bien que lo hacía, pero comencé a excitarme y mojarme cómo nunca en la vida. No pude evitar soltar algunos gemidos. Estaba tan excitada que sentía la necesidad de tener algo dentro de mí, guíe su manita hacia mi cavidad, y el comenzó a meterme sus deditos. No puedo explicar el placer que sentí en ese momento, los metía con tanta fuerza y delicadeza al mismo tiempo. 

Quise regresarle el favor, y mientras el me masturbaba, yo intenté sacar su miembro de si pantalón. Al notar esto, rápidamente se bajó el pantalón, sin pensarlo demasiado lo agarré y comencé a masajearlo suavemente de arriba a abajo, para tener catorce, tenía un tamaño bastante agradable. No pasó mucho tiempo antes de que el subiera con mucha prisa su pantalón sin decir nada (después me confesó que era porque estaba por terminar, terminó en su ...