Zárate la ciudad de Buenos Aires más morbosa - Relatos Eróticos

Zárate la ciudad de Buenos Aires más morbosa

Como todas las mañanas mi papá salía de casa muy temprano, el trabajo en Toyota, no le dejaban estar mucho tiempo con nosotros, ni en verano.

Era muy temprano en la mañana y como de costumbre nos quedábamos solos mi madre y yo cuando mi papá se iba a tomar el colectivo de la fábrica, generalmente sentía cuando él se despide de mi madre, que luego de cerrar la puerta se apoyaba contra ella con su camisolin blanco, corto y muy provocativo.

Yo me levanté para ir al baño y ella que estaba acariciando su tanga de encaje también blanca,se rió.

Esas mañanas tempranas cuando mi papa salía de la casa, sin tardar mucho llegaba Mingo o Paulo, cualquiera de los amantes de mi mamá, —ya que muy puta ella no se conformaba con uno—. Esa mañana le tocaba a Mingo, pero este no llegaba y mi madre mordisqueando sus labios, yéndose a su cuarto me sugirió volver a mi cama, ya que era temprano. Luego de salir del baño con mi pija tremendamente erecta sobre mi bóxer, verla sensualmente caliente fue el éxtasis, espié en su cuarto viendo que mi madre que se encontraba tendida en la cama, pero esta vez se había puesto sus sandalias blancas de tacones y acariciaba su pubis por sobre la tanga.

— Que hacés? —me sorprendió en la puerta del cuarto.

— Me volvés loco ma.

— ¿Te gusta verme así?

— Me gusta verte coger con tus amigos, ver como te cogen y sentir como gemís y gritas.

— Vos me viste coger, sé que te gusta espiarme cuando estoy con mis amigovios.

— Si, muchas veces, pero ...

... Mingo es el que más te coge y del que vos estás enamorada.

— Veni, sentate a mi lado, —Vos sabés, ya que me viste, y sé que me espias, y que a mí me gustan muchos los hombres, esos que me calientan apenas me tocan o me apoyan.

— Vos sos una puta, una ninfómana, que no puede vivir sin coger, sin sexo cada día.

— Sí, eso me pasa y hoy no va a venir Mingo, ¿vos lo sentís cuando viene tan temprano?

— Si, lo veo y como te chuponea la boca y vos te le subís encima y te pega tremenda cogida en la mesa de la cocina y vos terminás chupando la leche.

— Pero a vos ?...

— Me encanta que seas mi mamá, y a la vez tan puta.

No eran las once de la mañana cuando todavía estábamos en su cama hablando de sexo y de sus amantes, cuando tocaron a la puerta, era mi amigo de adolescencia Eduardo y ya estudiábamos juntos en la facultad, pero de vacaciones compartíamos también encuentros en la costanera.

Dejando caer su bata de seda frente a la ventana, como mostrando o incitando a alguien, dejándome ver una vez más su espalda ardiente y poblada de lunares y sobre su cola esa tanga blanca perdiéndose en la lujuria.

— ¿Quién será?, pregunté a mi madre.

— Es Eduardo, mirando ella por la ventana.

— Hacelo pasar, ya me levanto.

— Hacelo pasar vos, que les preparo el desayuno.

— Hola Leonel , me pareció ver a tu vieja en la ventana.

— Pasá Edu, vamos a desayunar, antes de irnos a la costanera.

Mi madre no tardo el salir de su pieza, cuando aún estaba con su corto ...