Mi compañero de piso Álvaro se corre en mi boca - Relatos Eróticos

Mi compañero de piso Álvaro se corre en mi boca

Empezé la universidad con 19 años. La verdad es que nunca había compartido habitación con nadie, pero en este caso fue necesario. Era totalmente normal en esta universidad, y todo el mundo lo hacía.

Yo me llamo Alejandro, mido 1,84m y tengo el pelo castaño. Al llegar a mi habitación, mi compañero de piso ya estaba ahí. Se presentó rápidamente como Álvaro. Se notaba que era deportista. Era grande y no había duda de que iba al gimnasio. Debía de medir 1,86m y tenía una espalda ancha. Desde mi perspectiva era enorme.

Hablamos durante un rato de lo que estudiábamos y de dónde veníamos, hasta que se hizo más tarde. El tomó la litera de arriba, y yo no tube problema quedándome en la de abajo. Aunque siendo del tamaño que era, se pasó por mi cabeza que Álvaro podría haber hundido si cama. Debía de pesar al menos 80kg. 

Esa semana pasó rápido. Aunque sí que hacía algunas cosas que me irritaban un poco. De vez en cuando el llegaba sudado del gimnasio y yo lo olía durante la noche. No era agradable. además, ocasionalmente, dejaba sus boxers y su ropa interior al lado de la cama. Simplemente se las quitaba cuando estaba tumbado y los dejaba caer. Una vez me cayó encima. Pero decidí no decir nada.

Una noche, el volvió bebido de una fiesta. Los chicos como el siempre recibían invitaciones a este tipo de eventos. Yo ya estaba en la cama. Me había quedado haciendo trabajo de la uni hasta bastante tarde, y cuando él se presentó, acababa de caer dormido. Y él se sentó en mi ...

... cama, inicialmente sentándose sobre mis piernas. "Ale, estaba hablando con estas dos tías, y casi me las follo. De verdad, si esto no ha pasado esta noche ocurrirá otra".

No tenía ni idea de lo que él estaba hablando, lo que estaba claro es que alguien le había dejado con las ganas. No hubiese sido la primera vez que se tira a una tía en la litera de arriba. Lo hizo unos días antes de hecho.

No sabía exactamente lo que decía, pero lo que estaba claro era que la tenía dura debajo de ese pantalón. De hecho, me hechó una mirada antes de volver a decir algo. Alomejor me había visto mirarle el paquete o algo."Hey, Ale, a ti te van los tíos no"?

"Aveces, si. Por"? Respondí aún cansado.

"Porque a mí me han dejado con las ganas y creo que a ti te gustaría".

Le miré de arriba a abajo, "el que"?

Me sonrió con una mirada coqueta mientras se frotaba el paquete. " Te gusta mamar pollas Ale? Porque tengo una bestia bastante grande aquí para tí". Se la sacó del boxer, y la verdad es que no mentía. Era gigante. Debía de medir al menos 19cm. Era gruesa también, y ya tenía un hilo de precum babeando desde el glande. Se le veía una vena rosada pasar por su izquierda. 

Alejandro se posicionó sobre mí, y la dejó colgar sobre mi cabeza. Ese hilo de precum seguía colgando, como si jugasemos a aver si caía. "La quieres"? Me preguntó.

La verdad es que nunca había sido así. Yo era activo cuando estaba con tíos y no me gustaba mamar pollas, pero al verle ahí, grande, musculado y ...