La historia de mi tía Alondra
Fecha: 04/07/2018,
Categorías:
Voyerismo
Autor: Dulce Fuego, Fuente: CuentoRelatos
... tierna decirle -Te duele, pero yo voy a cuidarte- mi madre batió palmas mirando emocionada a mi papá, y luego desde el asiento del copiloto y aprovechando la guardia baja de su hermanita, le preguntó si quería un helado. Alondra entusiasmada le resondió -Sí, Carolina, quiero uno de fresa-.
Durante los cuatro años siguientes, mi tía vivió con nosotros y aunque éramos íntimas compañeras de habitación, su relación con mi hermano se convirtió en un vínculo aún más fuerte que el que existía entre nosotras. Cuando Alondra y yo terminamos la primaria, la tía Gregoria anunció que se casaba por segunda vez y que no podría seguir cuidando ella sola de su padre y su finca. Así que mis tías y tíos decidieron, aún en contra de mis papás, que Alondra regresara a Culiacán para ayudar a la tía Gregoria en las labores de la casa. Semanas después, despedíamos con una profunda tristeza a Alondra y no la volvimos a ver sino hasta dos años después, cuando mi mamá nos llevó a pasar las vacaciones de verano a la casa de mi abuelo.
Aquellas largas vacaciones, sin la presencia de mi papá, que no pudo acompañarnos por cuestiones de trabajo, mi mamá relajó mucho su vigilancia sobre sus hijos y a excepción de cuando íbamos a la playa, mi hermano y yo gozamos de un montón de días sin supervisión. Bajo esas circunstancias, mi hermano y mi tía, iniciaron un inocente romance de adolescentes, que se extendió y se fue transformando con el paso de los años. Era tan fuerte lo que había entre ellos que ...
... sobrevivió al tiempo y a la distancia y fue tan grande la habilidad de ambos para ocultar su relación, que incluso fue invisible para mi durante los seis años que siguieron y eso que Alondra y yo compartíamos nuestros secretos y nos contábamos de los chavitos que nos gustaban en la escuela cada vez que nos veíamos o nos comunicábamos de algún modo. Alondra se convirtió en una de mis mejores amigas, más que una tía, pero nunca supe nada de lo que se traía con mi hermano.
Aunque físicamente nos parecemos, Alondra es un poco más bajita y culona que yo, además ella heredó de mi abuelo unos ojos de un color verde muy peculiar que hace un cautivador contraste con su piel bronceada y su cabello castaño; y para ser sincera, lo que más me gusta de ella, es la marcada curva de su cintura, que hace que su culo se vea delicioso. De tetas, pues mi tía está bien dotada, ni mucho ni poco, pero yo digo que sí le alcanzan para hacer una buena chaqueta entre las tetas.
Mi relato anterior lo dejé con mi tía y yo hablando de lo que pasó esa navidad en la recámara en donde compartimos cama ella con mi hermano y yo con mi primo Víctor. -Estaba borracha- Comenzó a decirme Alondra luego de cerrar la puerta. -Estaba borracha y tú sabes lo sola que me siento, Candy. Ya se que eso no justifica lo que pasó anoche, pero no tengo más razones- ambas tomamos asiento en una de dos camas que fueron el escenario de nuestras respectivas relaciones incestuosas la noche anterior.
-Sí que tienes más razones, ...