Albañiles en la cocina y en la cama
Fecha: 05/07/2018,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Tabú
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
... más joven, que intentaba disimular para no girar a mirarme:“Me gusta mucho la banaba… y a vos…?El pobre chico carraspeó y apenas farfulló, respondiendo que también a él le gustaba…Dirigiéndome a los otros dos hombres les pregunté lo mismo.Ellos sonrieron y se miraron entre sí. El mayor me contestó:“A mí me gusta que me la pelen, pero no pelarla”.El segundo agregó:“A mí me gusta ver cómo la chupan” Y ambos rieron estruendosamente.El chico se animó a preguntar: “Y a Usted señora cómo le gusta?”.Entonces los miré a los ojos a los tres y les dije con mi voz más sensual:“A mí me gusta mucho pelarla, recorrerla con mi lengua y chuparla…”Sin dejar de mirarlos empecé a pelar la banana lentamente y después me metí la punta en mi boca; comenzando a lamerla y chuparla como si fuera una verga real… La metí y saqué varias veces de mi boca, luego con la lengua empecé a lamerla por todos lados con los ojos entrecerrados.Les pregunté: “Qué les parece así?”. Ellos se quedaron mirándome boquiabiertos, como si no pudieran creer lo que veían y pronto pude ver cómo a los tres ya se les abultaba el pantalón en la entrepierna.El mayor de ellos de pronto reaccionó y se acercó a mí con una mirada cargada de lascivia. Antes de que yo pudiera darme cuenta, se agachó y me aferró por la cintura, cargándome sobre su hombro. Les ordenó a los otros dos hombres que continuaran trabajando sin distraerse…Entonces enfiló hacia la escalera y comenzó a subir, llevándome así cargada.Me dio un buen par de sonoras ...
... palmadas en mis cachetes expuestos, mientras sonreía y me decía socarronamente:“Che, Señora, te gusta la banana… yo le voy a dar una buena banana…”Entró a mi habitación y me tiró sobre la cama matrimonial. Con un rápido manotazo, me arrancó la camiseta del cuerpo, desgarrándola en jirones. Sonrió al ver mi tanga negra con una notoria mancha de humedad…La tomó por el elástico y también la desgarró. Se llevó el trozo de tela a la nariz y aspiró con los ojos cerrados, disfrutando el aroma de mi concha…Después se quitó esa ropa sucia de trabajo y pude ver una enorme verga oscura frente a mis ojos. Se abalanzó sobre mi cuerpo desnudo y me hizo abrir las piernas con su peso. Su olor a sudor me excitó todavía más…Besuqueó mi cuello, dejándome unos buenos moretones, mientras sus toscas manos callosas apretaban mis firmes tetas.Un par de sus dedos se colaron repentinamente dentro de mi hambrienta concha, haciéndome gritar por la sorpresa, más que por el dolor de tanta rudeza. Comenzó a meterlos y a sacarlos, provocándome más humedad…“Yo te voy a dar banana, pedazo de puta…” Susurró a mi oído, mientras se acomodaba mejor entre mis muslos abiertos.El dolor de la penetración me puso realmente en órbita. No esperaba que esa verga fuera tan grande y gruesa. Abrí mi boca como para aullar a todo pulmón, pero no pude exhalar ni un solo gemido.El paraguayo me la metió a fondo en una sola estocada brutal, dilatando las paredes internas de mi concha de una manera tremenda. Jamás había sentido ...