1. Albañiles en la cocina y en la cama


    Fecha: 05/07/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... tanto dolor mezclado con placer dentro de mi vagina…El albañil me miró a los ojos, preguntándome si me gustaba su pija dura.Ni siquiera le contesté; lo miré a los ojos con mucha calentura, como pidiéndole que no se detuviera. El tipo me aplastó contra las sábanas y comenzó a bombearme la concha sin piedad… sin escuchar mis alaridos y gritos de éxtasis y dolor, importándole solamente su propio placer.Me cogió así salvajemente por un buen rato, sosteniéndome por la cintura, mientras se hundía a fondo en mi castigada concha. Yo me sentía todo el tiempo a punto de explotar, hasta que, en un momento, una especie de golpe eléctrico recorrió mi cuerpo y acabé aullando a todo pulmón, mientras un intenso orgasmo le indicaba a ese rudo hombre que su banana era realmente buena…El paraguayo sintió mi explosión de placer y ya no se aguantó más sus ganas, estallando él también, descargando todo su semen hirviente dentro de mi agradecida concha. Cayó exhausto sobre mi cuerpo, preguntándome:“Te gustó cómo te cogí, che Señora…?“Sí, paraguayo hijo de puta, me mataste con tu verga bien dura…” Suspiré.El tipo se salió de mi cuerpo y bajó de la cama, comenzando a vestirse.Entonces el segundo albañil apareció en la puerta del dormitorio. Su jefe dijo:“La Señora ya está lista para vos, Burro…”Cuando escuché ese apodo me quise morir, imaginando el tamaño de verga que cargaría ese otro hombre.El Burro sonrió mientras miraba mi cuerpo desnudo y comenzó a desvestirse.Su verga ya erecta era el doble de ...
    ... grande que la de su jefe y entonces pensé que eso adentro de mi cuerpo iba a ser fatal. Seguramente iba a gozar como una perra en celo, pero esa cosa gigantesca me iba a desgarrar la vagina.El hombre adivinó mi pensamiento, porque me dijo sonriendo:“Quédese tranquila, che señora… yo te voy a tratar con suavidad…”Me hizo poner en cuatro sobre la cama y él trepó detrás de mi culo expuesto.Le supliqué que me la metiera despacio, no quería que me lastimara. Sus rudas manos acariciaron mis caderas y pronto sentí que la punta de esa verga gigantesca se abría paso entre mis bien lubricados labios vaginales.Metió apenas la mitad y con eso me hizo ver las estrellas; apenas podía soportarlo dentro de mi lubricada concha, que ardía pero pedía un poco más.“Despacio, quiero un poco más…” Susurré, cerrando mis ojos al sentir que su verga seguía avanzando dentro de mi cuerpo, comenzando a provocarme oleadas de placer y dolor al mismo tiempo.El Burro aferró mi cintura y comenzó a bombearme muy despacio, haciéndome sentir un intenso calor por la fricción en mis paredes vaginales.Yo empecé a gemir y a sentir más placer que nunca con esa tremenda poronga entrando y saliendo de mi concha. Antes de poder darme cuenta, ya había tenido tres orgasmos casi consecutivos, mientras el paraguayo detrás de mí incrementaba su ritmo de bombeo.Mi cuarto orgasmo fue el más intenso de todos, haciéndome aullar como una perra en celo. Al abrir mis ojos me di cuenta de que teníamos público. Parado apenas cruzando ...
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