Una noche de copas - Relatos Eróticos

Una noche de copas

... alto, delgado pero definido, de tez blanca, guapo, me vió y se acercó a mi oído y me pidió bailar con él, le dije en tono de broma,- tienes que pedirle permiso a mi esposo-

El muy cabron río y dijo, -de acuerdo-

Se acercó a mi esposo y entre risas solo ví que mi esposo movió su cabeza en manera de aceptación, por lo que llegó a mi oído y me dijo, -Ven, eres toda mía-

Empezamos a bailar lento, pues estaba yo con pendiente de que mi esposo fuera a cambiar de parecer, pero el cambio rítmico de la música no daba para más y terminamos en la posición de antes, bailando yo de espaldas con aquél sujeto restregando su paquete en mis nalgas, aprovechaba cada apagón de luz para meter mano y mi esposo no se diera cuenta, ya que no perdía ningún detalle.


Seguimos así hasta el cierre del lugar y mi esposo ya se encontró algo tomado, al salir del lugar, mi esposo tambaleaba un poquito y así no podría manejar, decidí pedir un auto servicio y al día siguiente regresar por el auto.

Aquel desconocido chico quien pasó más de 2 horas agarrando mis nalgas, se acercó en un vehículo con los vidrios tintados a más no poder y bajando el vidrio me dijo, 

-Guapa, ¿desean que los lleve a algún lugar? Veo que acá el socio anda muy mareado y me preocuparía que manejara, yo estoy sobrio y les puedo llevar.

Estaba a punto de decirle que no, cuando mi esposo abrió la puerta trasera y subió.

Quería subir atrás de él en la parte trasera pero se recostó en el asiento impidiendo que ...

... yo me sentará, por lo que fui del lado el copiloto y subí.

El chico se portó muy amable y me dijo.

-Perdon que no me presentará dentro, pero no se escucha nada así que preferí bailar contigo, me llamo Ricardo y estoy de paso por la ciudad, me dijeron que había chicas hermosas y vaya que tenían razón, pero no me dijeron las contras que tenían... "Esposo".

Reí con su chistorete, estaba muy caliente por todo lo vivido ese día, mi esposo comenzaba a roncar un poco y pensé, por qué no probar nuevamente otra lechita.

Me acomodé en el asiento de tal manera de que mi pierna estuviera más a su alcance, él no dudo y rápidamente comenzó a acariciarme, a diferencia de mi esposo él no se concentró en mis piernas, fue directamente a remover mi tanga para el lado y comenzar a urgar con sus dedos, yo gemía desenfrenadamente, me parecía excitante la situación y aún más con mi esposo dormido en la parte trasera.

Terminé un par de veces en sus dedos pero cuando menos me di cuenta ya habíamos llegado a mi hogar.

Duramos 2 minutos más en la posición mientras el frotaba su paquete por el pantalón.

Mi esposo se movió un poco y nos acomodamos, 

-Ya llegamos amor, le decía esperando respuesta alguna, pero no.

Baje del coche e intenté ayudar a mi esposo a bajar pero estaba pesadisimo, le pedí apoyo a Ricardo para que me ayudara a bajarlo, aprovechando su valiosa ayuda.

Rápidamente lo bajó y acomodó su brazo en el cuello para ayudarle mejor a caminar, lo guíe hasta el ...