Puta como la que más
Fecha: 09/07/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: sceptico, Fuente: RelatosEróticos
Al salir de trabajar no fui directa a casa. Me pasé a comprar algo de ropa que fuera apropiada para la ocasión. Compré una falda vaquera ajustada y muy corta, una blusa amarilla con botones que resaltaba mis tetas y unos zapatos de tacón que me hacían unas piernas de vértigo.
Cuando llegué a casa me eché a descansar y hasta las ocho o así no me levanté para arreglarme. Una hora después, antes de salir, me miré al espejo de la entrada. Realmente mi aspecto era de puta, sólo faltaba saber si también podía serlo mi entraña. Mi estómago se sobresaltó al verme y mi sexo se agitó con cierto nerviosismo.
Bajé al garaje, por suerte sin encontrarme con ningún vecino, cogí el coche y me dirigí a la Casa de Campo, al lugar que me había indicado Carlos. Dejé el coche aparcado y comencé a andar. Poco a poco empecé a ver a otras chicas rondando por ahí. Algunos coches aminoraban la marcha para ver la mercancía. Un golf rojo se paró muy cerca de mí y me preguntó: - Guapa, ¿cuánto me cobras por una buena mamada? Me quedé bloqueada sin saber qué decir. Me volvió a preguntar: - Oye, ¿qué pasa, no me vas a contestar? No, no, es que todavía no cojo clientes, se me ocurrió decirle. Se fue acelerando a la vez que me decía, - que te jodan puta.
Me quedé ahí parada, pensando en qué me había llevado hasta allí. Se había hecho de noche y ya sólo veía las luces de los faros. En ese momento se paró delante de mí otro coche, la inquietud volvió a mí, pero respiré cuando apareció Carlos por la ...
... ventanilla: - ¿te apuntas a una fiesta privada? Si, dije aliviada.
Se abrió la puerta de atrás, era un X5. Cuando me asomé dentro vi a dos hombres en el asiento de atrás, y al lado de Carlos un cuarto, de copiloto. Me conocieron al instante. Vi en sus ojos una mezcla de deseo, morbo y desconfianza. Carlos dijo: - Es una fiesta con algunos amigos, una cosa entre compañeros. Nos apetecía una putita ya experta, que mereciera la pena y que no nos costara un ojo de la cara. ¿Cuánto?
Toda una vida de inhibiciones y represiones, de no saber qué quería, ni cómo lo quería en el sexo pasó por mi cabeza.
Levanté los ojos, miré fijamente a Carlos y le pregunté: – Si vais por separado 90 € por cabeza, si vais juntos 150. Además, si queréis os dejo grabarlo todo por 100 pavos más para que podáis presumir en la oficina. Por adelantado.
Inmediatamente Carlos sacó 200 € y dijo, quiero ese video. Los otros sacaron también el dinero y lo fueron arrojando al asiento de atrás.
Me metí en el coche con casi 500 € en el bolso y unas ganas de follar como nunca antes había tenido. Por primera vez me sentía protagonista de lo que hacía. Me puse en el asiento del medio, inmediatamente empezaron a sobarme los dos de atrás. Sus ganas de mí, me hacían sentir fuerte. El de delante encendió la cámara del móvil y empezó a grabar. Desde ese momento se lo fueron pasando unos a otros para no perder nada de lo que pasaba.
Las manos de mis dos acompañantes recorrían con ansia mi cuerpo, mis muslos, ...