1. Puta como la que más


    Fecha: 09/07/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: sceptico, Fuente: RelatosEróticos

    ... mis tetas. El de la izquierda cogió mi cabeza la dirigió a su entrepierna y me dijo: - Sácala de ahí y cómetela furcia. Dirigí mis manos a su pantalón y lo toqué, no parecía gran cosa. Bajé la cremallera rebusqué bajo el calzoncillo y saque una polla rosada, que inmediatamente empecé a chupar. Mi lengua jugueteaba con su cabeza, a la vez que mi mano derecha se la meneaba con fuerza. Me la metí más dentro en la boca. El tipo gemía y me suplicaba que no me parase. Me subí encima del asiento para seguir con mi tarea de forma más fácil. El que estaba detrás de mí, no dudó en bajarme las bragas y empezar a follarme. Completamente húmeda como estaba, me clavó su polla hasta los huevos. Los jadeos de los dos se hicieron más y más constantes, a la vez que yo comencé a sentir algo parecido a un orgasmo. Una sensación agradable que quería no acabase nunca. Los dos terminaron casi al tiempo, el de abajo se corrió en mi boca, traté de tragarme su leche, pero no pude con todo a la primera, parte resbaló por mi cuello, pero rechupeteé su miembro hasta dejarlo limpio, mientras el tipo no paraba de gritar. El de atrás vació su miembro después de unos cuantos empujones dentro de mí. Me quedé con ganas de más.
    
    El coche había parado, me senté y les dije: - Os quiero a todos sobre mí. Los ojos de los cuatro hombres me miraron con avidez. Me sacaron a tirones del coche y me arrancaron, más que quitaron, la ropa. Me dejaron completamente desnuda, con los zapatos de tacón y los cuatro en ...
    ... torno a mí.
    
    Vamos a ver como chupas pollas sin parar pedazo de guarra. Sus insultos, lejos de irritarme me ponían aún más cachonda, me enervaban y hacían que desease aún más sus pollas. Se pusieron a mi alrededor con sus cuatro miembros dispuestos y empecé a chupar, ahora una más larga, después otra más gorda, luego una con sabor a rancio, otra más dulce. Casi sin darme cuenta fui recibiendo sus latigazos de semen sobre mí. Sin dar tregua, me cogieron en vilo y me recostaron sobre el capó, dejando mi culo bien preparado para recibirlos. Uno tras otro fueron pasando por detrás de mí, follándome sin parar, cuando uno se corría o se cansaba pasaba otro y luego otro. Mi coño estaba a cien, a un orgasmo, le seguía otro y otro, y aún otro más.
    
    Fue Carlos, creo, el primero que me abrió el culo y muy despacio me metió la punta de su miembro. Nunca me habían follado el culo, me dolía, pero no era inaguantable, más aún, después de un par de empujones, les grité como loca: - Folladme, folladme el culo sin parar, vamos, joder, quiero vuestra leche en mi culo.
    
    Después de varios minutos y varias corridas en mi culo, alcancé un orgasmo inigualable. Nunca pensé que por el culo se pudiese sentir eso. Se vistieron y me dijeron al tiempo que se iban: - Eres una furcia de verdad, nunca lo hubiésemos pensado al verte de primeras.
    
    Cogí mi ropa, me la puse, después de limpiarme un poco, y empecé a caminar. Al rato, un coche se paró delante de mí y el conductor desde la penumbra de su ...