1. Mi hermosa cuñadita


    Fecha: 25/01/2022, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: Fantasito, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    Lucrecia, la hermana de mi mujer es rubia, alta, delgada, con un culito de campeonato, Piernas largas y bien torneadas, sus tetas no son grandes, tienen la medida y la forma exacta para ser miradas. Usa unos bikinis de muerte. Mi calentura con ella la conoce bien mi mujer, Elina. Una noche, en casa de su madre, Elina se puso a ver televisión con su madre, sabiendo en que maniobras andaba yo.
    Hallé a Lucrecia que estaba acostada en la cama de su madre, vestía un vestido tejido de jersey de hilo amarillo y negro, bastante corto.
    Me acosté a su lado y tomando un dije que le había regalado su novio comencé mi trabajo de palabra.
    - Cuánto me gustaría haber sido yo quien te diera este dije. -
    - Tú sabes lo que me gustas.-
    - Eres hermosa. -
    Así seguí y a ella le gustó lo que oía. Comencé a acariciarla suavemente, algún besito leve se fue escapando.
    En un momento me dice:
    - No se conducir, me enseñarías? -
    - Mañana mismo a la noche te enseño, salimos los tres con Elina y enseguida aprendes. -
    A la otra noche dejamos nuestros niños con su abuela y salimos para que Lucrecia aprendiera a conducir.
    Mi alumna al volante, yo a su lado, Elina en el asiento trasero. Pasé el brazo sobre el cuello de Lucrecia y decididamente comencé a sobar y apretar su teta izquierda. Dice Elina que ella vio como su hermana s movía nerviosamente. Dimos una vuelta por la calles desiertas de un parque y comencé a guiarla hacia un antro que yo conocía oscuro e ideal para mis gustos. Elina ya estaba ...
    ... en el secreto.
    Bajamos, nos sentamos, salimos a bailar con mi cuñada mientras Elina bebía una cerveza. De entrada, nuestros cuerpos se aplastaron entre ellos, comencé a besarla y chupar su cuello. Nuestras piernas se cruzaron sensualmente, nuestros vientre se pegaban y rozaban.
    En un momento mi cuñada me dice:
    - Elina no se enojará? -
    - No cuando volvamos dale un buen beso en la boca. -
    Así pasó. Ellas se besaron, Lucrecia se sintió más tranquila y salimos rumbo a nuestro departamento.
    Apenas llegar ya estábamos desnudos los tres, tirados en la cama. Lucrecia abierta de piernas permitía que yo chupara, lamiera y besara su conchita, que chupara y mordisqueara su clítoris. Como estaba con la piernas caídas al costado de la cama, mi culo quedaba al aire. Elina, abriendo mis nalgas y con su técnica de poner la lengua finita y dura en la punta me estaba trabajando el culo hasta meterme esa punta. Eso me lo hacía frecuentemente y a mí me enloquecía y me dejaba la verga más dura.
    Así se la metí a su hermana que ya había tenido un intenso orgasmo. Mis bolas chocaban contra los labios vaginales de mi cuñadita que gemía, suspiraba, pedía hasta me lloraba un poquito. Llegó mi eyaculación con su segundo orgasmo en esa posición. Sus flujidos salían en profusión. Mi mujer buscó su boca y sus tetas y comenzó su faena. Mi cuñada deliraba. En un momento, Elina se puso panza arriba con la boca bien abierta, mi cuñada, con la concha sobre la boca de su hermana largaba toda la leche y sus ...
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