Lo imposible - Relatos Eróticos

Lo imposible

Desde que se mudaron a casa de los abuelos paternos, todo cambió de forma drástica. A sus 15 años, Sarah ya era muy perspicaz como ninguna de las otras chicas del pueblo, dulce y adorable, pero sobretodo,,, atrevida. Una fría noche de invierno, los abuelos subieron a la habitación de Sarah para darle las buenas noches, pero al acercarse a la puerta, no podían creer lo que escuchaban: su tierna y adorable nieta estaba gimiendo y gritando de placer, pues se estaba dando placer con juguetes eróticos. 
Sin decir nada, los abuelos solo se miraron y sonrieron entre ellos y se fueron sigilosamente para no molestar a su princesa. Así pasaron varías semanas, hasta que, una noche, Sarah despertó abruptamente,,, estaba completamente húmeda y dilatada. Grande fue su sorpresa al ver que su abuelo succionaba sus enormes tetas y su depilada vagina. Estaba sorprendida y excitada a la vez. No dejaba de sentir como su corazón palpitaba tan aceleradamente y el calor aumentaba. Instintivamente se dirigió al miembro de ese hombre al que llamaba abuelo y de un solo movimiento, se introdujo todo el pene de su veterano amante. Tuvieron sexo durante toda la noche y hasta parte del amanecer. Así pasaron otras varias semanas y meses disfrutando del placer prohibido, hasta que una tarde, llegando de la preparatoria, la jovencita se dirigió a su habitación, pero antes de llegar, tuvo un mareo y después vomitó. Preocupados los padres, llevaron a su hijita al doctor y éste les informó del avanzado ...

... embarazo de la niña. 
Para no meterse en líos y proteger a su amado abuelo, Sarita dijo que un compañero del instituto la sedujo y que al enterrarse del embarazo, éste fue sacado del país por sus influyentes padres, lo cual significaba que jamás lo volverían a ver. Y así fue. Sarah logró terminar sus estudios de preparatoria para dedicarle tiempo a su adorado Hijo. 
Desafortunadamente dos años después del nacimiento del pequeño, el abuelo-amante de Sarah, falleció. Lo cual fue un tremendo golpe para la familia y especialmente para la joven madre. Tras lo cual tuvieron que mudarse nuevamente, esta vez a una pequeña vivienda, cercana al hospital del pueblo, pues desde el deceso de su esposo, la salud de la abuela se había deteriorado gravemente. Como es de esperarse, la edad no ayuda mucho en la salud de los ancianos y la abuela lo sabía. Pidió hablar con todos sus seres queridos en privado de uno a uno. 
Cuando fue el turno de Sarita, la chica se perturbó al escuchar a su abuela decirle que sabía la verdad. Que su esposo y ella fueron amantes y que el verdadero padre del Niño era su propio abuelo. De rodillas y con un llanto desgarrador, Sarah pidió perdón a su abuela. El rostro de Sarah se llenó de paz y sus ojos se iluminaron al oír a su abuelita decirle que desde hacía tiempo ya la había perdonado y que su secreto se iría con ella a la tumba. 
Finalmente el último en despedirse de la Abuela fue su hijo, el padre de Sarah, quien la vió dar su último aliento. El funeral fue muy ...