El masaje mas delicioso que haya recibido - Relatos Eróticos

El masaje mas delicioso que haya recibido

... con una delicadeza increíble que incrementaba mi grado de excitación, acto seguido, empezó a darme masajes en mis pies y piernas, tratándome con mucho cariño mientras me decía palabras amorosas como si fuese su novia, o amante de turno. 
Dejándome llevar por esta increíble sensación mientras sus manos acariciaban cada milímetro de mis piernas y eventualmente llegando hasta el inicio de mis nalgas y que me ponían muy excitado, cada vez sus manos rosaban más de cerca el área entre mis nalgas, como posando suavemente sus dedos sobre la tira del hilo dental, la reacción mía, fue abrir mis piernas tanto como pude al tiempo que ponía mi culito en una posición más elevada, facilitando sus suaves contactos en esta área, de pronto dejo uno de sus dedos en la entrada de mi orificio anal, sin llegar a introducir, aunque yo deseaba que lo hiciera hasta el fondo, pero se inclinó suavemente y su boca pegada a mi oído derecho para decirme, mamacita te  sacare este lindo hilo que cubre tu hermoso orificio y la faldita también, para darte más placer con mi masaje y luego si tú me permites hacerte mía, con mi deliciosos pene hasta el fondo de tu culito, la verdad que esto me excito tanto, que estuve a punto de llegar a un orgasmo, no sé cómo pude contenerme y de esta manera seguir disfrutando de todo lo que estaba viviendo intensamente, sentí que me saco el hilo y luego con la suavidad que solo un buen amante lo puede hacer, me retiro la faldita, dejándome totalmente desnudo y de espaldas a ...

... los ojos de Andrés, sentía que me comía con la vista y recordé de inmediato el largo pene, que aunque es delgado, se acopla perfectamente a mi orificio y me hace sentir muy feliz, sabía que estaría ya erecto y eso me excitaba mucho más, deseaba que ya me introduzca, pero al mismo tiempo quería que siga con el delicioso masaje que me excitaba al máximo, así es como sus manos acariciaban mis nalgas en forma circular y bajando por el canal de separación de mis dos nalgas, para hacer una ligera presión  con uno de sus dedos sobre el orificio que pedía a gritos ser penetrado, lo hizo en muchas veces y mi pene muy erecto además de estar muy lubricado estaba a punto de estallar, ya no podía aguantar más y mi respiración era muy agitada, así como permanentes gemidos de placer se escuchaban en la habitación, ante tanta excitación, no pude más y le pedí que por favor me penetre y me haga suya, que me penetre hasta el fondo de mi orificio de manera suave y continuada, entonces me introdujo un dedo y luego saco para humedecer con la lubricación que ya estaba presente en mi pene, de esta manera su dedo ingreso con mucha suavidad y facilidad, entonces le pedí que me dilate más y lo haga con dos de sus dedos, esto fue una delicia indescriptible, cuando estaba muy excitado con sus dedos dentro de mí y que se movían en todas direcciones, me pidió que sin sacarlos me diese la vuelta y quede boca arriba, para ver que con su mano izquierda se desprendía de su ropa, quedando totalmente desnudo y ...