MOSTRANDOLE A MI AMANTE MIS APRENDIZAJES CON MIS MACHOS CANINOS
Fecha: 04/02/2022,
Categorías:
Zoofilia
Tus Relatos
Autor: CAMILA, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
El cuidador de mi abuelo se había accidentado, por lo que estuvo como una semana en el hospital. Al no tener familiares directos cerca, pero ser un hombre muy apreciado dentro de la familia (aparte de ser mi amante y cómplice de mis locuras), lo lleve a mi casa por un par de semanas ya que debía mantener el control con el médico por sus golpes internos. Si bien era un hombre mayor de casi 70, tenía la fuerza de un toro. Pero esta vez se había golpeado bastante en una caída de caballo.
Como yo estaba trabajando no tenía mucho tiempo para él. Pero llegado el fin de semana aprovechamos para hacer de nuestras travesuras.
Después de regalarle una buena mamada a su rica y gorda verga para descargar un poco sus huevos, intenté montarlo, pero se empezó a quejar de dolor. Como me quedé caliente, le dije que le mostraría todo lo que aprendí con mis perros en casa, mi dogo y mi gran danés.
Lo ayudé a levantarse y nos dirigimos al living para estar más cómodos y él pudiera disfrutar del espectáculo. Sentado cómodamente en el sofá, con música de fondo le hago un steptriss para que se caliente más de lo que estaba al ver también a los perros ansiosos por tomar a su dueña. Luego me acerco a él y pongo mis tetas en su boca para que me las chupe con toda la torpeza del mundo mientras acariciaba mis nalgas y jugaba con mi clítoris. Me subo para poner mi concha en su boca ya que le encantaba saborearla mientras sus dedos empezaban a penetrar mi concha y culo. Su experiencia y picardía ...
... hicieron que tuviera el primer orgasmo de la tarde.
Bajo al suelo y me pongo en 4 dándole la espalda así pudiera observar desde su lugar como era penetrada por mi dogo, al que no necesito llamar, ya que al ver a su hembra en esa posición sabe lo que tiene que hacer. Ya bien entrenado, me pega unas cuantas lengüeteadas para luego montarme, y en un par de movimientos su verga se ubicó en la entrada de mi vagina. Como siempre, con fuertes y veloces movimientos me empezó a clavar haciéndome gemir de placer al sentir como su bola en proceso de crecimiento entraba y salía de mi interior. Se pegó bien a mí y se quedó quieto, aproveché para incorporarme un poco con el perro encima y giré para quedar con mi cara a la altura de la verga del viejo. Hice al perro girar para quedar cola con cola así me permitía disfrutar de una buena mamada a esa gorda verga que esta durísima. Tanto era la excitación de mi espectáculo que duró pocos minutos y se volvió a descargar en mi boca. Me quedé con mi cara apoyada en su verga mientras esperaba que mi perro se termine de descargar y quiera salir de mí. Los había entrenado tan bien que solo se quitaban cuando ya soltaron todo o cuando yo les pedía que lo hicieran.
Mientras tanto, mi gran danés me estaba pasando la lengua por mi ano que empezaba a pucherear pidiendo verga, su larga lengua entraba un poco cada lamida. Llegó el momento de quitarse para el dogo, con su verga ya a la mitad de su tamaño, por lo que volví a girar para darle la espalda y que ...