1. MOSTRANDOLE A MI AMANTE MIS APRENDIZAJES CON MIS MACHOS CANINOS


    Fecha: 04/02/2022, Categorías: Zoofilia Tus Relatos Autor: CAMILA, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... pudiera ver como esta terrible verga me partía el culo. me apoyo en el sofá de enfrente y mis rodillas se acomodan en la pequeña banqueta que fabriqué justamente para poder quedar bien en la altura con este tipo de perros.
    Mas lento que el dogo, pero con la misma puntería, al tercer intento su verga comienza a entrar en mi ano que lo recibe con ansias. Cada vez más profundo, cada vez más rico, siento como mis tripas se estiran mientras crece la verga de mi perro. Su bola también empieza a entrar y salir haciéndome delirar de placer por su roce fuerte. Me la introduce toda y se queda quieto largando sus chorros de leche dentro de mí. Ahora era mi turno de moverme, así que suavemente hacía que la gigante bola, ya en su máximo esplendor, saliera un poco hasta dejar mi ano estirado al máximo para luego volver a metérmela. El viejo estaba como loco al ver esto, y me decía un montón de guarangadas que son poemas para una puta como yo, dando a entender que era la reina en esto. Pero aún faltaba.
    Hice al perro quitarse y acostarse para yo montarlo. Me puse sobre él y acomodé su verga en mi culo y bajé con fuerza metiéndomela casi toda. Presioné un poco y mi trasero cedió ante semejante bola que aún se mantenía gigante. Empecé a jugar con mis caderas mientras cabalgaba, su bola salía por momentos y volvía a ...
    ... entrar, no paraba de gemir y el viejo me alentaba   hacerlo más fuerte y le di con el gusto; estaba como loca cuando mi dogo me empezó a lengüetear las tetas produciéndome un orgasmo explosivo, haciendo mi cuerpo desvanecer y quedar sobre mi hermoso macho.
    Me quedé por un momento quieta mientras mi cuerpo reaccionaba, aún podía sentir su verga latir tirando su leche, su bola seguía en mi interior por lo que estábamos bien abotonados. Despacio para no permitir que salga, me acomodé a su lado como haciendo cucharita para esperar así que mi macho termine de llenarme. El viejo seguía con sus adulaciones, pero la verdad que no escuchaba lo que decía, todos mis sentidos estaban en otra cosa. No tengo noción del tiempo por ahora, no sé cuánto estuvimos echados en esa posición, pero mi macho busca levantarse, su verga sale de mi interior sin problemas y con un tercio de su tamaño. Yo quedo ahí por un rato más, terminando de relajarme, esperando que mis piernas respondan y que mi cabeza recupere la cordura. Tantas veces lo hice con mis animales, y en cada ocasión una experiencia distinta. En esta, con tan solo dos polvos y dos mamadas había quedado satisfecha gracias a los orgasmos que fueron de otro planeta. Ya veremos cuando repetir, estando una persona presente y de manera activa para poder cubrir todos mis agujeros. 
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