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mi mami me castigó
Fecha: 26/02/2022, Categorías: Incesto Tus Relatos Autor: la beba, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... lunes – suelo perder la percepción del tiempo cuando no voy a la escuela- pasó algo inesperado. Mi mamá llegó ya tarde como de costumbre, y como siempre, se metió a su cuarto, se cambió la ropa, se metió a la cama y se quedó viendo la televisión. Nunca realmente me había preocupado, siquiera interesado por lo que veía en la noche, y nunca me hubiera enterado si no me hubieran detenido ciertos sonidos que escuché saliendo de su cuarto, cuando iba camino a la cocina. El volumen de la tele estaba casi al mínimo, pero podía distinguir gemidos. Al acercarme más, pegando casi, casi la oreja en la puerta, pude comprobarlo. Entre abrí poquito, el espacio necesario para mirar con un ojo la tele y pude constatar lo increíble: mi mamá estaba viendo una película porno, una de esas donde solo salen mujeres. En ese momento estaban dos rubias en un baño besándose y acariciándose. La primera de grandes ojos negros, piel blanca y pechos enormes estaba sentada sobre el lavabo, medio desnuda, pellizcándose un pezón con una mano y acariciando con la otra la cabeza de su amiga que se deslizaba por su cuerpo dejando besos en su abdomen, mientras con su mano frotaba la vagina de la primera sobre las pantis. La escena no me asustó, porque bueno, yo ya he tenido experiencias con otras chamas; es más puedo decir que me excitó un poquito porque además, las actrices estaban preciosas; lo que me puso en jaque completamente fue la imagen que vi del otro lado de la tele. Sobre la cama desordenada, ...
... estaba mi mamá recostada, apenas vestida con un precioso conjunto de brassier y pantis de encaje color lila. Tenía los ojos cerrados perdidos en el placer más profundo; dos dedos de su mano izquierda estaban metidos en su boca: los lamía, los besaba, los movía adentro y afuera, luego en círculos; de pronto los mordía tratando de acallar sus gemidos, y sin embargo su respiración era agitada, violenta, inocultable. Presionaba sus senos que el brassier apenas alcanzaba a cubrir uno contra el otro con sus codos, eso y su respiración salvaje les proporcionaba dimensiones magníficas mientras que la luz de la televisión revelaba su tersura alucinante, la silueta de sus pezones endurecidos, y el contorno de su aureola que a causa de la presión, ya empezaba a asomarse. Sus piernas se movían ansiosas, aprisionaba con sus muslos brillantes y fuertes su mano derecha que escarbaba en el interior de sus pantis cada vez más profundo, cada vez más intensamente. Aquello era la visión de un poema, un poema mórbido y perverso... no se trataba únicamente de una mujer hermosa de piel ardorosa y suave devorada por el calor de sus fantasías; se trataba de mi madre, de mi madre que dejando a un lado su disfraz conservador y aburrido se volvía una hembra deliciosamente salvaje que explotaba ante la imagen de dos chicas que recorren su cuerpo y su forma, que se aprenden, que se tocan... Traté de contemplar la escena hasta el clímax, pero ya estaba a mil. Sabía que si me quedaba un momento más estallaría, ...