La Mujer prohibida 2 - Relatos Eróticos

La Mujer prohibida 2

... empezó a acariciarme de nuevo.
- Soy tuya Eduardo, he decido que quiero ser tuya, por favor tómame.
Eduardo siguió acariciándome y me veía a los ojos, tomo mi mano y la puso sobre su pene, la cerró suavemente indicándome como acariciarlo. Nos besamos y me gire para pedirle que besara mi cuello. Mientras el me besaba el cuello yo me quitaba la ropa y sentí sus manos buscar mis pechos bajo la playera, yo puse mis manos atrás y seguí acariciando su pene que cada vez estaba mas y mas duro. Poco a poco fui bajando su ropa interior hasta que el continuó y quedo desnudo, yo me levante un poco para quitarme la playera y me abrazó por la espalda mientras me besaba el cuello, de repente y sin aviso, abrió mis piernas y me penetró en un solo movimiento, gemí fuertemente con tanto placer, que cuando la segunda embestida vino, pude escucharlo levemente decirme “eres mia” y se quedo con su pene en mi durante un tiempo, mientras yo lo apretaba a dentro de mi vagina, el me dejaba moverme como si fuera un juguete. Movía sus manos en todo mi cuerpo, incluso le permití apretar un poco mis pezones.
Cuando me cansé de moverme el me giró para ponerme en cuatro y antes de tomarme de la cintura me dijo
-una vez que lo haga, entenderás que eres mia Ali, que te amo y me fascinas y ...

... quiero que duermas en mi cama y seas así ardiente sin restricciones
Yo no espere mas y empuje mis nalgas hacia su cuerpo, sin demorar el me penetro en un movimiento rápido y sentí como su pene me llenaba por completo, sentí como me tomaba de la cadera y no me soltaba, me tomo del peli para que me levantara un poco y pudiera acariciar mis senos. Y me siguió penetrando en muchas posiciones, me hizo suya y yo también lo hice mio.
-Ali me voy a venir -estaba acostumbrada a quitarme cuando eso pasará, sin embargo el no me dejo moverme y me tenía aún ensartada en su pene -no te quites, eres mia y esta es la forma de mostrarte que soy tuyo.
Era de las pocas veces que sentía como se venían en mi interior, sin condón, apretaba su miembro con mi vagina y el gemía fuertemente. 
Nos acostamos rendidos en la cama y me abrazo
-Ali, si quedas embarazada no temas en decírmelo -me decía mientras me abrazaba por la espalda -ese bebé es mio, como tu eres mía, y el otro cuarto de esta casa esta listo para recibir a nuestro hijo, y mi cama esta lista para para recibirte, quiero hacerte el amor cada noche, aun en las que nuestro hijo llore.
Yo no podía decir más palabras, le pedí que me abrazara mas fuerte y le dije
-Soy tuya, te amo, mi cuerpo es tuyo
Y asi abrazados nos dormimos