Mi hermana Julia - 2
Fecha: 14/07/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: ya1gor9di4si, Fuente: SexoSinTabues
... intervenir de inmediato. Esto se estaba convirtiendo en algo peligroso para mí y para mis planes para con Julia. - Nada importante, mamá… cosas de eehh… ¡del instituto! -Dije-, intentando salvar la situación. - ¿Del instituto? ¿Qué tipo de cosas? Mi padre intervino en ese momento: - No estarás enseñándole a tu hermano a hacer chuletas, ¿eh Julia? ¡Sólo le faltaba eso! - ¿Chuletas? -dijo Julia, más malhumorada-; yo nunca he hecho chuletas. Es más; de haber llevado chuletas en algún examen ni me hubiese atrevido a sacarlas. Se me notaría. Seguro que me verían. - Oye… ahora que me acuerdo… ¿y el examen ese de historia que tuviste ayer? ¿Qué tal? no me he acordado de preguntártelo hasta ahora. - Bueno… creo que bien, verás; resulta que nos dieron para estudiar las páginas que hacían referencia a… -contestó Julia- y siguió explicando largo rato cosas sobre sus exámenes y lo injusta que era su profesora de historia y la manera de poner nota que tenía. Parecía que la situación estaba ya salvada; la conversación tomó otros rumbos y no se volvió a hablar sobre la charla mantenida por mi hermana conmigo esa mañana. Uf… ¡qué poco había faltado! Ese incidente me hizo recapacitar y empecé a darme cuenta de que era realmente urgente hacer algo para que mi hermana se viese más envuelta aún en mi plan, de manera que no le interesase en absoluto que algo de aquello llegase a oídos de nuestros padres. La cena terminó con toda normalidad y después de estar un rato viendo la tele en la sala mi ...
... hermana se despidió hasta el día siguiente y subió a su habitación. Esperé unos minutos y también me despedí de mis padres al cabo de un rato, dándoles las buenas noches, y subí a mi cuarto. Subiendo las escaleras vi a Julia salir del baño y dirigirse a su cuarto, pero en lugar de entrar se detuvo ante la puerta y esperó que yo acabase de subir. Al llegar a su altura me miró fijamente y cogiéndome de la manga del polo tiró de mí hacia su habitación. No llegamos a entrar del todo; nos quedamos de pie a escasa distancia de la puerta. - ¿Tú eres gilipollas o qué? -dijo en voz baja-. - Y ahora; ¿qué he hecho? - ¿A santo de qué has montado ese numerito en la cocina, cenando? - Yo, ¿montar un numerito?… eso tú, con la coz que me has arreado -dije sin pensar mucho en la contestación-. Estaba empezando a cansarme de tanta tontería. - Primero: no te he soltado ninguna coz, y, segundo: te la merecías con creces…. ¿a quién se le ocurre decirle eso a papá? ¿Te has parado a pensar cómo suena eso de que tú y yo hemos estado “hablando”? - Pues sinceramente, Julia, no me suena a nada. ¿No será que estás un poco cagada por lo que hemos estado haciendo esta mañana? - ¡Pero qué dices! Además, yo no he hecho nada, sólo te he estado explicando lo que me has pedido; en todo caso el que ha hecho algo has sido tú, ¡que has salido pitando a cascártela! ¿Acaso quieres que se entere papá de eso? - Te recuerdo, hermanita, que has sido tú la que me ha dicho esta mañana que eso te parecía de lo más natural ...