Una pesada broma
Fecha: 14/07/2018,
Categorías:
Transexuales
Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos
... algún problema?”
“No ciertamente no… así que adivino que tendrás una “hermosa conchita”
“Ja, ja! si, una hermosa y “enorme” conchita”
Honestamente, seguro iría a increpar al gordo y el resto por la “original broma”, pero también empezaría un secreto en mi vida, una relación con una chica trans, porque siempre me había excitado ese mundo oculto, me hacía hervir la sangre, y yo solo era un tipo casado, buen esposo, mejor padre, solo eso, ante todos, un tipo ejemplar, modelo a seguir.
Y nos seguimos escribiendo, a escondidas de mi mujer, Amalia debería estar contenta, había mordido el anzuelo.
Me pasó algunas fotos suyas, en la playa, fotos sexis, en ropa interior, pero ella se cuidaba de no mostrarme lo que yo deseaba ver… su pene…
Cuando me sentí con la suficiente confianza, se lo pedí directamente, pero ella, toda una experta me lo negó, y me dijo que, si tan intrigado estaba, que bueno, pagara unos pesos, me daría una cita y ya saben…
Le pregunté
“De cuánto dinero hablamos?”
“Depende, un tradicional o un completo?”
“No se… cual es la diferencia?”
“El tradicional, yo hago de mujer, te la chupo y me haces la colita, el completo, yo te la chupo vos me la chupas, yo te la pongo vos me la pones”
Me reí, escogí un tradicional, era mucho más barato y no pensaba pasar ciertos límites, acordamos horarios y busqué una buena excusa en casa, y así empezó mi primer encuentro con una chica trans…
Ella me dio el lugar de cita, llegué una poco más ...
... temprano de lo pactado, toqué timbre, y al abrirse la puerta tuve mi primer contacto con Amalia, me saludó con un beso en la mejilla y me invitó a pasar.
-Hola bombón… llegaste temprano…
Fueron sus primeras palabras las que dejaron notar su masculinidad, ella lucía una vieja remera blanca donde parecían explotar sus pechos y un gastado jean celeste, estaba descalza, aun así, me llevaba unos veinte centímetros…
No hablamos mucho, fuimos al grano, primero lo primero, el dinero pactado, contó los billetes y me pidió unos minutos para “producirse” según sus palabras, pasó a lo que adiviné como el dormitorio y la perdí de vista.
Tuve unos minutos para entretenerme con el modesto comedor, solo noté precariedad en todo, como un sitio donde no abundaba el dinero, al fin su voz me llamó y me invitó a pasar.
Fui entonces al dormitorio, estaba a media luz, Amalia recostada de lado atravesaba el colchón, semidesnuda, sus curvas me impactaron, con un diminuto culote rojo y zapatos de altísimos tacos aguja del mismo tono, con una larga bata de tul que en verdad no ocultaba nada, por primera vez veía sus enormes pechos desnudos, eran como dos pelotas incrustadas, pero le quedaban perfectas, con pezones que apenas se marcaban, era tan sexi…
Y no pude dejar de recordar en ese momento a Sandra, mi mujer, solo por el motivo de comparar, porque Amelia, a pesar de ser hombre, era perfecta por donde la mirara…
Pero yo estaba como paralizado ante lo que sería mi primera vez, sentía ...