Don Raúl y su cuñado - Relatos Eróticos

Don Raúl y su cuñado

... hasta el fondo varias veces. Ambos me atendían y yo allí quería dejarme hacer. Todo el momento era un festival de jadeos sin cruzar palabra. Beto dejó caer sus pantalones y levantándose la verga me hizo chupar sus bolas, grandes, peludas y sudadas. Metí ambas a mi boca. Mientras Don Raúl bajaba mi calzoncillo, escupía su mano y con sus dedos lubricaba mi agujero, señal inequívoca de querer penetrarme. No demoró en apoyar su glande en mi hoyito y empujar varias veces con suavidad mientras se iba abriendo paso entre las ardientes paredes de mi cola. Yo chupaba con más fuerza la verga de Beto. No podía creer que dos hombres me atravesaban al aire libre. Estaba disfrutando ese caliente y morboso momento. 
Don Raúl sin correrse sacó su verga de mi culo y se apartó a un costado para orinar. El sonido de su orina me puso a mil. Beto aprovechó de voltearme y de golpe enterrar su fierro en mi culo sin condescendencias. Ese hombre alto me rodeó con un brazo y me levantó para ayudarme a alcanzar su pene mientras yo movía mi culo y apretaba mis nalgas para intensificar el roce de nuestras carnes. Don Raúl se reincorpora a la acción acercándose frente a nosotros, se agachó y terminó de quitarme el pantalón que seguía en mis pies, me tomó mi verga con una mano y la juntó con la suya aún erecta y comenzó a pajearnos apoyando su cuerpo contra ...

... el mío mientras Beto seguía follándome el culo, me suelta y yo me abrazo de los hombros de Don Raúl mientras el sigue pajeándonos. Beto se acerca a pajearse con nosotros, los tres extasiados. Don Raúl y Beto, ambos paseándose apuntando sus vergas con la mía mientras con sus manos tocaban mi culo y metían sus dedos en mi dilatado y recién follado agujero. El primero en correrse fue Beto. Chorros de su semen cayeron sobre el pene de Don Raúl, quien apretando los ojos se corrió sobre mi miembro. Yo no lograba correrme. Ambos metieron un dedo cada uno en mi hoyito y empezaron un mete y saca que logró estimularme hasta correrme. Don Raúl puso su mano abierta y recogiendo los restos de semen de los tres la llevó a mi boca metiéndolos entre mis labios. Chupé sus dedos naturalmente. 
Nos vestimos sonrientes, pero sin decir palabra y volvimos al auto. Avanzamos por la carretera sin decir palabra. Pedí un cigarro y quise bajar cerca del bar donde nos habíamos topado. Don Raúl y Beto se fueron en su auto y yo caminé a mi casa disfrutando ese tabaco. Se repetiría alguna vez algo como esa experiencia sexual? 
No volví a ver a Don Raúl ese verano antes de dejar la ciudad. Meses después volví y fui al bar. Beto aún trabajaba allí, pero no hubo forma de acercarme a él, aunque fue el enlace para otras experiencias que contaré en otra oportunidad.