Tres chicas me desangran - Relatos Eróticos

Tres chicas me desangran

... los interiores. Mi verga saltó de la prisión y quedó apuntando al techo. Sonia y Diana titubearon. Solo atinaban a mirar mi verga parada. “Tan tímidas”, les dijo Lucía, y agarró mi verga. La acarició suavemente. No la apretada, apenas rozaba toda su mano de arriba abajo. Con la mirada forzó a que Diana y Sonia hicieran lo mismo. Ellas estaban a cada costado mío. Lucía separó mis piernas y se ubicó allí. Luego se inclinó ante los ojos sorprendidos de sus amigas y cuando vio que mi verga asomaba entre las manos de ellas, pasó su lengua por la cabeza roja y redonda de mi verga. Dio vueltas humedeciéndola en cada lengüetazo Las chicas quitaron sus manos para que Lucía lamiera mis huevas en círculos y de arriba abajo. Luego subió su lengua a lo largo de mis 17 centímetros una y otra vez. Con la mirada invitó a las dos chicas a tomar su turno. Era una sensación increíblemente placentera. A cada lengüetazo, mi erección crecía y el placer era casi doloroso. Se turnaban las tres para lamer mi trozo de carne endurecida. EN el siguiente turno Lucía metió el glande en su boca, con mucha suavidad y lentitud. Yo me sentía enloquecer. Mi respiración estaba muy agitada. Al mismo tiempo sentía que me chupaban los pezones, que me la mamaban y que me acariciaban las huevas. Lucía chupaba mi glande como quien chupa un bombón. Su lengua lo envolvía dentro de su boca. Sacó la cabeza manteniendo sus labios en la punta y de un solo empujón se metió toda la verga en la boca. Yo me agarraba a los ...

... bordes de la cama. La mamada era lenta, suave, profunda. Luego acercó a las dos chicas para que siguieran su ejemplo y entonces sentí dos sensaciones diferente, dos clases de mamada que no se parecían entre sí ni a la de Lucía. Pero las tres eran endemoniadamente exquisitas. A esta altura ya Sonia había perdido el pudor y dejaba escuchar unos gemidos de gusto cuando metía mi verga en su boca. Entonces Lucía ubicó de nuevo a las chicas a lado y lado de mi verga y ella al frente. Ladeando sus cabezas las dos mamaban mi verga por los flancos mientras Lucía Pasaba su lengua por el frente desde la base hasta el frenillo. Ella sabía por qué había escogido esa posición. Durante esta faena les repetía a las dos chicas: “¿Quieren que Diego nos lo dé?” Ellas asentían. Los gemidos de las tres chicas se mezclaban con los míos. Comencé a tensionarme y a rugir. Sentía un torbellino en mis huevas, una erupción se acumulaba. Ellas percibieron eso y aceleraron el ritmo. Entonces sentí la lava ascender con furia. El primer chorro fue muy fuerte. En ese momento Sonia y Diana tenían sus bocas en la cabeza de mi verga por lo que el semen les inundó los labios, al bajar, la lengua de Lucía ascendió y recogió el segundo chorro. Se metió la verga entera en la boca y le dio varias mamadas no muy rápidas mientras yo gemía y gruñía al sentir que la leche seguía fluyendo incontenible. Lucía sacó la verga de su boca y las dos chicas fueron a recoger las últimas gotas chupando y lamiendo. Solo terminaron ...