La comadre estaba para comersela - Relatos Eróticos

La comadre estaba para comersela

Hola a todos y todas.  Soy Roberto, de 31 años, soltero aún.  Me he dedicado a estudiar y no comprometerme sin poder dar algo a mi familia.  Me gradué y he trabajado en una empresa por 4 años.  A raíz de ese empleo, hace 3 años enganché una casita en un barrio modesto pero bonito.  A las pocas semanas, me encontré a un antiguo compañero de colegio y amigo. Fue mucha la felicidad, que en ese momento, su esposa que llamaré Mayra, estaba esperando su primer hijo, y me pidió que fuera su compadre y fuera padrino de bautismo de su hija.  Asi que emparentamos con el lazo de compadres.

Quiero comentar que desde que ví a su mujer, Mayra, no pude evitar ver lo buena que estaba, a pesar que estaba por dar a luz en esos meses. Luego de su embarazo quedo mejor, tiene unos senos grandes excelentes, es de tez blanca, unas lindas curvas debajo de una bonita cintura, que tuvo que cuidar mucho y sacrificarse para que volviera a tenerla. Ella es de talla pequeña, 1.60 mt, tiene un bonito rostro, y además ellas muy sexy, siempre anda vistiendo atrevido.  A mi me gustó mucho, casi siempre que iba a visitarlos a su modesta casa, regresaba con una erección o fantaseando con ella.  Pero como era esposa de mi amigo, guardaba toda la distancia debida.

Pero como los nunca llegan.  Ellos comenzaron a tener problemas, Mayra lo acusaba de tener una amante, y él lo negaba.  Yo pensaba que solo eran chismes, pues con una mujer tan buena como Mayra, no tendría sentido tener una amante.  Pero, semanas ...

... más tarde mi amigo me confesó que era verdad, él tenía una amante desde hace casi un año y que le pagaba un apartamento y allí se veían.  Yo le aconsejé que la dejara pues su mujer era muy bonita y que debería cuidarla, pero él no oyó consejo, pues la situación se puso peor.  Al grado que llegaba a su casa pocas veces y se mantenía lejos trabajando.

Entonces comencé a visitar a Mayra, pues mi amigo no le daba gasto y la pasaba aveces muy mal.  Yo la empecé a llevar al super cada quince días para que comprara lo necesario, pues la niña ya tenía dos años y medio.  Ella se avergonzaba de eso, pero yo le decía que eramos compadres y que no había bronca.  Yo no podía ocultar la atracción con ella, pues como dije, siempre era muy sexy, para hablar, para actuar, para vestir, para todo.  Y comencé a ver que ella tampoco yo era ajena a esa atracción.  Sin embargo, yo guardaba como dije la distancia y es más yo le llamaba a mi amigo que reflexionara, que su niña estaba linda, igual su esposa, que le pidiera perdón y regresara, pero el muy canijo estaba ilusionado con su amante.

Y sucedió, como a la media noche, la comadre Mayra me llamó y me dijo que habían unos hombres feos frente a su casa y que tenía miedo, parecía mareros, yo me puse rápido un pantalón y como la casa de ellos esta a unas dos calles, me fui a pie.  Vi un par de jóvenes de mal aspecto, toqué el timbre y ella abrió, me contó que ellos la habían seguido hasta la casa y no se habían ido de allí.  Al rato yo ví la ...