1. Afortunado


    Fecha: 17/07/2018, Categorías: Voyerismo Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos

    ... la cama trae pocas novedades. Físicamente, ya son dos los dedos que puedo mover, gordo e índice, lo que me permite agarrar pequeños objetos con ellos, pero es la mano de Lola lo que más cojo. Otro paso agigantado según la feliz valoración de mi amada esposa, una mierda según mi más atinada percepción. Pero debo seguir escuchando lo afortunado que soy.
    
    Psíquicamente, el avance es distinto. Cada noche sigo soñando, recordando, con una claridad meridiana episodios de mi vida sexual, desordenados, con una atención al detalle que nunca había sentido cuando aún era un ser vivo. Una compañera de universidad que me tiré en el baño entre clase y clase, un polvo rápido con una colega en el despacho del que entonces era mi jefe, un trío con dos clientas en una feria comercial, incluso la primera paja que me hice después de que una amiga de mis padres nos visitara y mostrara más canalillo del que mis aceleradas hormonas podían soportar.
    
    Pero no he vuelto a tener ninguna visión. Gertrudis me asea cada mañana con su innata simpatía. Lola, Rita y mi suegra vienen a menudo, me tocan, mi mujer me abraza constantemente y ahora que notamos ambos el tacto del otro, no suelta mi mano ni que le prendan fuego, pero nada de nada. Me tiene muy desorientado. Una parte de mi piensa que he podido ver episodios secretos de la vida de las cuatro mujeres, pero la felación de la enfermera y el viaje en metro de Mercedes no pueden ser reales. Un pensamiento al que me agarro como a un clavo ardiendo ...
    ... pues significaría que mi mujer no me ha engañado. Pero ¿por qué aparecieron? ¿Por qué han cesado?
    
    Por otro lado, han pasado más personas por esta habitación. Tres camilleros, alguno de los cuales también me ha tocado el rato suficiente como para que haya podido ver sus experiencias o recuerdos o lo que sean. Tal vez solamente puedo sentirlo en mujeres. ¿Y la doctora qué entonces? Aunque bien pensado, nuestro contacto físico nunca ha pasado de breves segundos. A diferencia de los enfermeros, no es cariñosa. Los médicos no suelen serlo. A lo mejor, el poder únicamente queda restringido a mi familia. Pero Doña Gertrudis desecha esa teoría.
    
    La quinta semana supone un punto de inflexión importante en mi recuperación. Me trasladan a casa. Nuestra habitación ha cambiado, decorada según la imagen que Lola me mostró semanas atrás. La cama de matrimonio es más pequeña, 1,35cm de ancho cuando la que teníamos era de 2 metros, pero así cabe cómodamente una cama de hospital de estructura basculante pues Lola dormirá conmigo sí o sí, en la misma habitación de momento, juntos en la nueva cama de matrimonio cuando logre ponerme de pie, pues ya no me queda mucho, afirma.
    
    Es cierto que ya muevo ambos brazos, aunque aún no tengo fuerza suficiente para sostener objetos, por más tensos que note mis dedos presionándolos. Ya muevo el cuello con cierta normalidad, así que puedo asentir o arbitrar un partido de tenis, pero las piernas aún no me sostienen. Pero no tardaré mucho, afirma el ...
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