1. Luis, Jacobo y un verano 29 Rufo resulta un semental increíble


    Fecha: 19/07/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... que veía poderoso y viril, la de Eduardo queriendo que estuviéramos y además añadiendo a su hermano. El descubrimiento de lo que Rufo hacía con mamá, la tía y su hermana en esta misma habitación, sus juegos de niños y adolescentes que les llevaba a experimentar, que fueran las tres jóvenes hembras para un solo macho en pleno desarrollo y capaz de darles placer, dejarlas satisfechas de sus juegos, me excitaban al punto de follar mi culo con los dedos, sin atreverme a recorrer el pasillo para buscar a Marcos. Eyaculé con el recuerdo último de Julio mezclado con el de Bruno, cuando los dos daban por el culo a Jacobo en una doble penetración que yo no quise experimentar. Me contraje ante la intensidad de mi salvaje orgasmo que me hacía gritar, moviendo mis dedos dentro de mi ano como si fueran las vergas de los muchachos que quiero, y al fin quedaba relajado y tranquilo debajo del chorro de agua que caía. No sabía cuál era la hora que de la noche cuando desperté por un ligero ruido, no se volvió a repetir y volví a quedarme dormido, todo era oscuridad salvo la luz de la noche estrellada que penetraba a través de los visillos de las ventanas. Volví a despertar por el sonido extraño y mecánico que me obligó a abrir los ojos. Alguien tenía que haber encendido una luz en alguna de las habitaciones del pasillo o en los baños. Además de la plateada luz de las ventanas, la puerta de la habitación mostraba un recuadro de la luz más amarillenta de alguna lámpara lejana. En el recuadro ...
    ... tomó forma una figura que parecía un desproporcionado gorila, avanzó unos pasos dentro de la habitación y al cerrar la puerta el recuadro de luz se borró quedando todo envuelto en la luz de plata. Resultaba como un sueño, sentía el estómago encogido y a la vez estaba tranquilo. La figura se fue materializando al acercarse a la luz de las ventanas. Se sacó la camisa que llevaba por la cabeza y vi como se inclinaba sacando alguna prenda de vestir que llevaba por los pies. La sombra de su perfil podría causar terror, resultaba enorme, de hombros anchos y estrechas caderas, piernas como columnas y largos brazos por efecto de la luz, de entre las piernas le salía una lanza prodigiosamente larga, caída y que danzaba al caminar. Estaba quieto expectante, ¿esperando ser atacado por algún ser infernal? ¡No! Tenía la certeza, la convicción de saber a quién pertenecía la sombra que se acercaba a mi cama, su olor la delataba. De aquel extraño ser emanaba el olor tan conocido por mí de mi hombre, Julio. Se tendió a mi lado haciendo crujir la enorme cama y hundirse el colchón, como si hubiera caído una gran carga sobre ella. Se giró muy despacio, podía sentir su pesada respiración, se me pusieron los escasos pelos de mis brazos en punta. -Otra vez volvemos a estar juntos, te he extrañado tanto. –apretaba su cuerpo duro en mi costado, nos separaba la sábana y mi pantalón de dormir de delgada tela. Colocó su gran mano sobre mi pecho desnudo y acarició mi tetita. -A ellas ya les han crecido, ...
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