1. Luis, Jacobo y un verano 29 Rufo resulta un semental increíble


    Fecha: 19/07/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... estaba abierta, no resultaba extraño siempre lo estaban todas. Estaba de pie ante la ventana y tenía la mano apartando ligeramente las cortinas mirando al patio. -¿Cómo te ha ido el paseo?, te vi llegar y Rocío parecía sudorosa. -me quedé en la puerta dudando si entrar, no por sentir temor de Rufo, por si había interrumpido algo que no me pertenecía saber, ni era de mi incumbencia aunque estuviera en la habitación que compartía con mi primo. Movió su enorme y proporcionado cuerpo hasta el centro de la habitación con cuatro lentos pasos y me miró esperando que dijera algo. -Es muy veloz e inquieta, la gusta correr y no desfallece. –Rufo miraba al suelo y luego al entorno. -Es joven, y como todas las hembras que comienzan a vivir la vida también inquieta. -me pareció que se encontraba inmerso en algún tipo de trance. -Esto ha cambiado desde que los cuatro jugábamos en esta habitación, la señora la va transformado, entonces había dos camas con dosel, las gasas volaban mientras nos escondíamos y acariciaban nuestras caras queriendo ocultarnos detrás ellas. –le dejé continuar con su divagación sin interrumpirle. -A pesar de ser tan débiles conseguían retenerme en el suelo entre las tres, me dejaba hacer, ellas jugaban y yo se lo permitía todo. –entonces levantó la cabeza, ahora que estaba en la casa grande se afeitaba casi todos los días. -Tengo que hablar con Marcos, Rocío está preparada, en el mejor momento para llevarla al semental. –inició su caminar y al pasar a mi lado se ...
    ... detuvo, me observaba cuando me conocía sobradamente. -Estás igual que ella cuando tenía tu edad. –levantó su mano para tocar ligeramente mi cabello y la dejó deslizar pasando los dedos por la mejilla. -Tienes el mismo pelo…, los mismos ojos, su figura, si fueras chica podrías pasar por ella. –pasó sus duros dedos por mi mejilla otra vez hasta llegar a mi mandíbula, dejó caer la mano y siguió su camino por el pasillo sin volver la cabeza. Me coloqué un bañador y bajé para acompañar a los abuelos y bañarme antes de comer con ellos y con Rufo. Esa tarde recibí varios mensajes cortos de Eduardo, con sus frases preferidas logrando que sintiera ganas de estar con él, en uno de ellos me proponía el poder estar con su hermano, los tres. Estudié francés el resto de la tarde, escuchando las viejas melodías que sonaban en el equipo musical que la abuela iba eligiendo cada vez que el disco de vinilo, de la era medieval, terminaba de sonar. No había ruidos después de la cena, la gente joven no estaba para alentar la fiesta y me retiré pronto a dormir, en el mismo momento en que Rufo comenzó a empujar la silla del abuelo para llevarle a su habitación y meterle en la cama como un día más. Entré en el baño para tomar una última ducha y mitigar el calor, comencé con agua templada para luego ir abriendo el gripo y que resultara caliente, dejando que mis manos actuaran y llegaran hasta mi culo para enterrar mis dedos en él. La imagen de Marcos aclarando lo que quería de mí, su desconocido cuerpo ...
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