1. Mi primera experiencia - Parte 7


    Fecha: 20/07/2018, Categorías: Confesiones Autor: hilda, Fuente: CuentoRelatos

    ... habían encontrado con Tarzán que estaba muy acaramelado con una mujer disfrazada de flor y en compañía de una pareja de negros, que parecían africanos. Ella no los había visto antes en la cena. Tanto el hombre de color como su mujer eran espectacularmente atléticos y muy bellos, me dijo.
    
    La negra estaba disfrazada con un atuendo de zambista brasilera, con una tanga roja muy chiquita llena de perlas y lentejuelas, tenía los pechos al aire rodeados de collares y engarces de perlas en los pezones, con un antifaz rojo brillante y el pelo azabache. El negro era físico-culturista, estaba disfrazado de Zulú, como los de las tribus africanas, con brazaletes y tobilleras de paja o cáñamo y un slip chiquitito mostrando un bulto majestuoso, realmente el morocho era hermoso.
    
    Tarzán se había interpuesto en el camino de Mabel y s esposo y los presentó a sus amigos. Allí mismo él se le acercó y le dijo que la noche estaba especial para escuchar música en el jardín. Sin muchas vueltas le pidió permiso al gordi y la tomó de la cintura para bailar lentamente con ella. La chica disfrazada de flor que estaba con Tarzán, tenía una falda amarilla en forma de pétalos y una blusa de tul rojo transparente. Ella lo tomó al gordi del brazo y le pidió con una simpática sonrisa que la acompañara a recorrer el jardín, a lo cual él accedió dejándola a Mabel sola con Tarzán y la pareja de negros. Tarzán fue muy directo y le dijo que la estaba buscando porque se había quedado excitado desde cuando ...
    ... bailó con Mabel y muy directo la invitó a tener sexo allí mismo.
    
    Yo le pregunté intrigada que le había respondido.
    
    Mabel me contó que le había dicho que estaba loco, que ella tenía esposo con quien hacer el amor, aunque en verdad, el tipo la recalentaba un montón, me dijo. Se quedaron bailando sin hablar unos minutos y comenzó a sentir de nuevo la tentación de su roce, encendiéndose de inmediato el fuego en su piel. Al sentir que perdía los estribos, se soltó de sus brazos y haciéndose la desentendida comenzó a caminar en busca de su esposo. Pero para su sorpresa el muy cretino estaba en un rincón en penumbras muy enroscado con la chica disfrazada de flor. Se había acercado oculta entre las hojas y se quedó allí a ver lo que hacían. La mina
    
    se le había montado y se movía con evidencia de estar cogiéndoselo y el muy cabrón de su marido gozaba como tonto. La verdad es que la mina había resultado ser una flor de puta y el gordo un flor de hijo de puta. Esto le había causado al principio como impotencia y bronca y como una tarada, había empezado a sollozar.
    
    Continuó contándome que en ese momento sintió una mano en su hombro que la hizo girar media vuelta y la tomó con gran dulzura de la cabeza. Era la negra que se había acercado con Tarzán y con el negro y comenzó a acariciarla con ternura al verla tan enojada. Con dulces caricias ella había comenzado a peinar sus cabellos mientras le hablaba con gran ternura en un lenguaje medio brasilero y medio español, dándole besos ...
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