Casada de 29 hambrienta de un niño de 22 - Relatos Eróticos

Casada de 29 hambrienta de un niño de 22

A ella la conocí cuando tenía 17 años, haciendo servicio social. Era soltera, y siempre bromeaba con que me veía atractivo. Las bromas siguieron hasta que nos llegamos a besar, tiempo después salimos con esa misma intención, fajamos una vez pero no hicimos más, menos cuando se casó.

De todas maneras, trataba de mantener contacto con ella, pero la cosa se ponía interesante cuando tocabamos el tema del faje que tuvimos, viendo que ella no le desagradaba, yo insistía y me calentaba en seguir. No fue hasta que le pregunté si todavía tenía interés en tener sexo conmigo, y dijo que sí a secas. Hacer cosas con mujeres mayores me prende, así que no iba a desaprovechar la oportunidad, a parte que me encantaban sus pechos que eran grandecitos y chupé riqusimo cuando fajamos.

El día de sexo llegó, nos encontramos en una plaza central, compramos comida para después y tomamos el autobus para llegar a una casa de mi familia que desocupamos entre semana. Admito que estaba impaciente, y lo lento del transporte me llegaba a enojar, aunque me desquitaba un poco haciendole ligeras cosquillas a ella y medio tocándole los pechos. Algo que me daba gracia era que veía que le mandaba mensajes a su esposo. Yo lo conozco, es un wey casi de su edad que es medio tonto pero buena onda. Me sentía un poco mal por él, pero quería coger con una mayor que yo.

Llegamos a la parada, caminamos hacia la casa, un poco ambos sudados por el calor. Subimos a mi cuarto, prendimos el aire acondicionado y nos ...

... acostamos en mi cama. Excitado pero nervioso, le decía que como quería iniciar. Tenía una idea de que grabaramos nuestro testimonio que tendríamos sexo pero que no le diríamos a nadie, ella confundía eso con grabarnos cogiendo, pero al final le dije mejor que borráramos nuestra conversación. 

Yo lo hice, ella lo hizo, y comenzamos.

Me puse arriba de ella, y lentamente me acercaba para besarla, cosa que ella reaccionaba timidamente, incluso diciendo que no deberíamos hacerlo, pero me daba igual. Seguí besandola profundamente, y empecé a toquetearla, primero en la cintura y luego en el pecho. Ella correspondió, tocándome la cadera. Todo empezó a ir en serio cuando me dijo que yo primero me quitara la camisa, cosa que hice. 

Nos seguimos besando y ella empezó a acariciar mi pecho, cosa que me daba cosquillas y me encantaba. Fue entonces cuando yo le empecé a quitar su blusa y ella se levantó de la cama, para quitarsela. Y estaban sus pechos.

Estaba un poco hipnotizado por eso, y ella mejoró el momento al ponerse encima e mí y rozar su entrepierna con la mía. Dejé de besarla para lamer la línea de sus pechos que dejaba su bra, para decirle luego que ella se lo quitara, cosa que hizo, arrojándome su bra a la cara, cosa que me super prendió.

Me lo quité y toqueté sus pechos, diciendole que es lo que más me encantaba. Insistía en que me dejara chuparlos, y no se hizo del rogar. Si bien sus pezones son marrones, no me importaba, eran suaves y me encantaba chuparlos. Si ...