Casada de 29 hambrienta de un niño de 22 - Relatos Eróticos

Casada de 29 hambrienta de un niño de 22

... hubiesen soltado leche materna, seguro me la tragaba toda.

Dejé de chuparle las tetas para besarla de nuevo y ella se rozara conmigo. Yo ya estaba muy duro, y se lo mostré desabrochandome el pantalón haciendo que mi verga chocara con su vagina. Le pedí que se quitara el pantalón, pero ella insistía que lo hiciera primero. Al final yo obedeci, y vio como estaba erecto. Ella se quitó sus jeans y me empezó a rozar de nuevo, con mis manos acariciandole un pecho, besándola y luego le metí un dedo en la vagina. Recuerdo insistirle en que me dejará lamersela, pero estaba en sus días y no le gustaba eso. 

Para empezar la acción, le pedí que se quitará el calzón, pero ella tenía sus planos para hacerlo. Nos pusimos de pie ambos, nos besamos y ella empezó a bajarme el boxer y acariciar mi pene, masturbarlo un poquito, y tras conocerlo de antes por nuestro faje, me dijo que lo sentía más grande que la otra vez.

Le ayudé a bajarme el boxer y yo fui el primero en estar desnudo. Eso era muy excitante. Yo traté de bajarle el suyo, pero trataba de que no lo hiciera, aunque al final lo terminó bajando. Ambos estábamos desnudos, estaba a punto de tener sexo con ella. Estaba a punto de cogerme a casi una treintona casada. Yo sabía que el sexo con su esposo no era tan bueno porque me lo decía. Y saber que estaba hambrienta de mi verga y siendo menor, me excitaba más y más.

Entonces me puse un condón, y empezamos. Se puso sobre la cama abriendo sus piernas, dándome acceso libre a ...

... su vagina. Se la metí, y la situación era increíble, se la estaba metiendo a una treintona, ella quería mi pene por encima que el de su esposo. Era increíble, y ver la forma que ligeramente rebotaban sus tetas, aumentaba más mi ritmo. 

No duramos mucho en esa posición, ella quería ponerse encima mío, cosa que accedí. Me acosté en la cama, se puso encima mío, dándome una buena vista a su cuerpo desnudo. Vagina con ligero pelito, un poco regordeta pero nada que me molestase, y esos deliciosos pechos que me encantaba mirar. 

Metió mi verga en su vagina y empezó a cabalgarme, y a pesar de que dijera que no sentía que lo hiciera bien con su esposo, sus caderas eran bien enérgicas, y cabalgaba de forma increíble. La forma en que gemía me excitaba, su cabello se movía, sus pechos rebotaban, y a pesar de tener el aire acondicionado, nuestros cuerpos estaban calientes. Nos mirabamos mutuamente así, ella me sonreía y yo me concentraba en su cabalgada increíble, mientras le tocaba las nalgas.

Nuestra primera posición habrá durado como unos 5 minutos, y ella me estuvo cabalgando por como casi 10 minutos. Yo no tenía que moverme, solo disfrutar. Fue así hasta que me aviso que se iba a venir, cosa que aún notaba por sus gemidos. Le dije que no importaba, que se viniera, y empezó a cabalgar más agresivamente. Hasta que ya no aguantó, y se vino acompañado de un grito muy fuerte.

Finalmente, ese deseo que estuvimos cargando por casi 4 años, fue llevado a cabo. Yo personalmente me ...