El negro, mi nuevo vecino.
Fecha: 25/07/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... veía en serio. Y yo desde donde estaba no dejé de mirarlo y él lo noto, porque cuando iba a cruzar, volteé y noté que me estaba viendo. Eso por su puesto me excitó a morir, yo como siempre dramatizando todo, dije: nada, este es marico. Siguieron pasando los días y las lluvias seguían, pero un día estaba lloviendo tan fuerte que cuando me vio pasar su mujer, dijo que pasara que no había problema, que esperara un rato a que se calmara la lluvia, y obvio, así lo hice. Esperé un rato en la puerta, pero nada que lo veía cuando escucho su voz por primera vez, muy de hombre, muy masculina en serio. Como hasta ronca: — ¿Mami con quién hablas? —preguntó él desde su cuarto, saliendo hacia la cocina, sin camisa, voltea y me ve. —Épale —logre decir yo, pero el muy perro me vio con una cara tan seria que pensé que me sacaría de allí a coñazo, y ni me respondió. — ¡Dios mío que hombre tan bueno, ah! —decía yo para mí. —Con uno de los nuevos vecinos, amor, que se estaba empapando y le dije que pasara y esperara a que escampara. —respondió su mujer. No le respondió y se metió de nuevo al cuarto, no sin antes yo verlo de arriba abajo y no dejé de verle el pecho y de paso él lo notó y se detuvo en la puerta del cuarto, me vio e hizo una seña típica de aquí, tipo preguntándome ¿Qué ves?. Entró, no lo vi más, y yo salí y me fui. Después de eso yo dije que a ese hombre me lo tiraba porque sí, estaba muy rico. Pasaron como dos semanas y encuentro a la mujer de él caminando por la calle y me ve, ...
... me saluda, se me acerca y me comenta que el Sábado de arriba le harían una fiestica a su niña y que me quería invitar, que realmente no había invitado a nadie del barrio sino solo a familiares de ellos de Naguanagua, y lo que me dijo después me dejó en shock post-traumático. —Sí, bueno, realmente fue El Negro quien me dijo que te invitara, como siempre nos saludamos cuando te vemos y eso. — ¿El Negro? —Sí, mi esposo. Se llama J*****, pero le dicen El Negro, jaja. — ¿Te pidió que me invitaras? —Bueno, pedírmelo no, pero él fue de la idea, espera que vayas y yo igual. Se podrán imaginar lo que pasaba por mi cabeza en ese momento. O sea, ni siquiera había invitado a mi amiga y yo que era prácticamente un desconocido estaba invitado. Hasta dudé en ir pero obvio la puta que llevo dentro me dijo que fuera y me decidí a ir, era lunes, y la fiesta sería el sábado de arriba. Tenía más de una semana para pensar. Todo lo que me comenzó a suceder después, era para mí digno de una novela Mexicana, en serio. Ya me saludaba, normal, macho serio. Pero siempre que estaba por cruzar y volteaba, él me estaba viendo. El jueves de esa misma semana iba yo a la bodega con mi mejor chupeta y al regresar, pasando por su casa, fue mi día de suerte. En ese momento no volteé a ver a su casa cuando oigo que me sisean. —Hey, compa, hey, pss, hey, psssssss. Cuando volteo, lo veo. Noto que me ve a mí y luego a la chupeta, igual ya se había terminado así que boté el pitillo. —Naguará me voy a espichar. —Dice— ...