Me cogí el bello culo de la esposa de mi primo
Fecha: 20/04/2022,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: yoyoni, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Hola, soy Erick de 30 años. Aún soltero, me encanta el sexo y ligar mujeres, por eso no me he casado. Mido 1.81 mt, hago gym, cuido mi alimentación, tengo un buen paquete (7.5 pulg) y me gusta arriesgarme aún con mujeres casadas insatisfechas.
Resulta que la familia tiene un rancho grande en la playa. Mi abuelo hizo la invitación y asistimos 34 personas en total, entre primos, sobrinos, tíos, algunos con sus parejas y descendientes. Quiero referirme a Adela, esposa de un primo que tenía unos cinco años de no verlo o saludarlo. Me presentó a su esposa Adela, cabello castaño, morena clara, llenita pero no gorda, dos senos medianos, pero su parte trasera era casi perfecta, un culito redondo, que movía rico cuando caminaba. Se habían casado hace dos años, aún sin familia. Ella era un poco esquiva con todos, pero yo me acerqué y la atendí como anfitrión y ella me sonreía mucho. Luego hasta nos tuteabamos, todo iba de maravilla. El rancho tiene una piscina grande y el mar a unos 100 metros en línea recta. En eso estabamos la mayoría dentro de la piscina y llega Adela con un sexy traje, enseñando su bello cuerpo y su parte trasera exquisita, todos los hombres voltearon a verla y en ese momento dije que no podía dejar pasar ese bello cuerpo sin estar en mi cama. Le fui a traer una cerveza que bebió conmigo y su esposo, mi primo, con nadie cruzaba palabras ella más que conmigo y obviamente mi primo. Bebimos muchas cervezas y se notaba que mi primo, no era muy bebedor, ...
... porque rápido se puso algo ebrio. Le dijo a Adela que iría a su habitación a dormir un rato porque se sentía mareado. Me quedé con Adela, quien había bebido unas tres cervezas a lo sumo. Nos metimos a la piscina, la llevé de la mano y me dijo que no fueramos a lo más profundo, pues no sabía nadar, -no te lo creo- le dije, asi que me ofrecí darle una resumidas clases de natación, pues yo era buen nadador. Eso me sirvió para tocarle su cuerpo, en ocasiones le rocé los senos y sus caderas. Ella no dijo nada. Era la hora del almuerzo, asi que muchos de los familiares se salieron de la piscina y quedó más espacio. Ahora fui más audaz y enseñándole a nadar con brazos y piernas, metí mi mano para sostenerla, se la puse en el vientre, ella avanzó y ahora puse mi mano abierta en su bulto de su chuchita para sostenerla, ella no dijo nada, siguió nadando. Sentí su pelambre como un algodón, suave. La atmosfera estaba pesada y caliente. En eso ví que otro primo, había llevado una cuadrimoto, fui rápido y se la presté para ir a la playa, me recordaba de unas pozas que se formaban por la marea alta, en un lugar a unos 10 minutos de allí. Le dije a Adela que la llevaría. Ella dudó, dijo que su esposo estaba dormido y que se preocuparía si al despertar no la encontrara, yo vi tan mal a mi primo, que le aseguré a Adela que vendríamos de regreso y que él aún no se levantaría. Me la llevé a velocidad y llegamos, para mi suerte, habían una o dos pocitas de agua, parecían jacuzis. Nos ...