Placeres mayores I - Relatos Eróticos

Placeres mayores I

... me disculpé. Él  se despidió  y a los 5 pasos volteó hacía  mí y me preguntó:
-Tienes algún  número  para la garantía  de este producto, de preferencia donde me contestes. Uno personal, quizá. 

Era obvio que no habría  que tener garantía  del producto, y que el número  del negocio estaba en un letrero, así  que concluí  que era su forma de pedirme mi número.  
En ese momento me sentí  mal por la situación. Yo estaba en una relación, no podía, por respeto a mi pareja, coquetear con alguien más, y menos pasar mi número, para seguir platicando con alguien que me atrajo.... me fui muy lejos en ese momento, quizá  solo quería  ser mi amigo o en realidad si quería  la garantía  del producto.

Pero mi instinto me decía  que esa oportunidad no pasaría  de nuevo.. y la tomé. 

-Claro, te puedo pasar mi personal, y me puedes hablar cuando gustes, bueno cuando quieras la garantía  si es el caso.

Se acercó de nuevo y saco su teléfono  para anotarlo. Me sentí como una adolescente de secundaria coqueteando en un descanso con  el chico mas atractivo de la escuela.  Soñada y penosa al mismo tiempo.

Me puso el teléfono  en el teclado para numérico y me hizo digitar mi número.  Anonadamente lo hice mientras el me miraba picaramente con una sonrisa dibujada en su rostro. 
Una vez que terminé, me dijo:
-Y con que nombre registro a este vendedor tan atractivo.
Sonreí , me enrojecí, di brinquitos de felicidad internamente y le contesté:
-Dante, es un gusto
- Dante es muy ...

... interesante, espero acertar en eso. 
Me guiño el ojo, dio media vuelta,  se fue, y en 5 metros volteó de nuevo y ondeo su mano en un último  adiós.  

Totalmente nervioso, penoso, enrojecido y gritando de emoción  en mis adentros, terminé  ese encuentro con él..

Mas tarde me di cuenta de lo torpe que fui, que no pregunté  su nombre de vuelta, que en casa tengo una pareja, y estaba aquí  en el trabajo, dándole  mi número  a un extraño que me pareció  guapo y sobre todo.. que estaba haciendo todo menos trabajar.

Pasó  el día  sin más,  aprendiendo de mi nuevo empleo, pasando el rato hasta la salida... y una vez terminé el turno y me fui a casa, empecé  a analizar mi día.  

En esa época  no me sentía guapo, lindo o interesante, me faltaba autoestima, pero ese día  se me subió  al cielo, sabiendo que un hombre mayor muy guapo, fornido y quizá adinerado me había  coqueteado y preguntado mi número
Pasaba mis 23 años, era delgado, de tez morena, aperlado, media 1.70m, mis ojos eran cafés, tenia una linda nariz, un rostro un poco exquisito en forma triangular, mi cabello era castaño y me gustaba mantenerlo corto, antes había  pasado un tiempo practicando atletismo, por lo cual tenía  mi vientre plano, buena digestión  y un poco marcados mi brazos, lo que más  me gustaba de mi cuerpo eran mis gluteos, por fuera resultaban casi planos, pero mi figura delgada no favorecía  con la ropa. Desnudos, mis nalgas tenían  forma de corazón y estaban agarrables y muy sabrosas, al menos eso ...